viernes, 27 de mayo de 2011

Michael J. Fox recibe la Orden de Canadá por su lucha contra el Parkinson


El actor de Volver al Futuro recibió el reconocimiento debido a la fundación suya dedicada a investigar una cura para esta enfermedad.

El actor canadiense Michael J. Fox, protagonista de la serie de películas "Back to the Future", recibió hoy la Orden de Canadá, la máxima condecoración del país, en reconocimiento a su lucha contra la enfermedad de Parkinson.


En una ceremonia en Ottawa, Fox, de 49 años, fue nombrado Oficial de la Orden de Canadá, junto con otras 13 personas, por su lucha contra el Parkinson, que padece desde principios de la década de 1990.
El intérprete, que nació en la localidad canadiense de Edmonton en 1961 y emigró posteriormente a Estados Unidos para seguir su carrera artística, creó hace varios años la Fundación Michael J. Fox para la Investigación del Parkinson, con el objetivo de luchar contra la enfermedad degenerativa cerebral.

En declaraciones a la televisión canadiense CTV, Fox dijo que "ser reconocido como canadiense es el máximo honor" y señaló que en los pasados 10 años él y su fundación han recaudado 225 millones de dólares para investigar una cura para el Parkinson.
Fox también es conocido por su participación en series estadounidenses de televisión como "Family Ties", por la que ganó tres premios Emmy y un Globo de Oro, o más recientemente "The Good Wife".
(por EFE)

FUENTE: LA TERCERA
http://latercera.com/noticia/entretencion/2011/05/661-368953-9-michael-j-fox-recibe-la-orden-de-canada-por-su-lucha-contra-el-parkinson.shtml

jueves, 26 de mayo de 2011

El grupo "Donemos VIDA" de Rosario en busca de donantes

¿Sabías que vos podés salvarle la vida a alguien? Cientos de personas están esperando un trasplante de médula ósea y VOS podés ayudarlas.
¿Qué es la médula ósea?
Es un tejido en dónde se fabrican las células sanguíneas (glóbulos rojos, blancos, etc), no debe confundirse con médula espinal.
¿Quién puede ser donante de médula ósea?
Toda persona de entre 18 y 55 años de edad, en buen estado de salud, con un peso mínimo de 50kg, y en condiciones de donar sangre.

¿Cómo se puede donar?
1) Se te extrae una unidad de sangre.
2) De la unidad de sangre se toma una muestra y se estudia tu patente genética HLA. Con estos datos te incorporás al registro argentino y a la red internacional.
3) Si sos compatible con algún paciente, te llamarán del Registro y si reafirmás tu decisión de donar se te efectuarán estudios para confirmar que estás sano y que podés donar.
4) Para la donación existen dos fuentes: por colecta de sangre circulante (como una extracción de sangre prolongada) o por punción de médula ósea.
El donante elige cómo hacerlo.
Si querés ser donante potencial dirigite al Hospital Centenario (Lunes, Martes, Viernes) o al Vilela (Miércoles, Jueves) de 8.00 a 10.30 hrs con DNI.

FUENTE: CON-TACTO
Más información:

http://www.donemos-vida.blogspot.com/

domingo, 22 de mayo de 2011

Alberto Kornblihtt: Un científico del Conicet en la Academia de Ciencias de EE.UU.

El doctor Alberto Kornblihtt fue designado para integrar la Academia de Ciencias de Estados Unidos -NAS, por sus siglas en inglés-, institución cuyos miembros participan pro bono, o sea, para el bien público, como consejeros en ciencia, ingeniería y medicina. Kornblihtt es investigador superior del Conicet en el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (Ifibyne) del Conicet y en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.
La Academia de Ciencias de Estados Unidos es una institución honorífica de científicos distinguidos en la investigación científica, dedicada al progreso de la ciencia y la tecnología, y a su aplicación al bienestar general de la sociedad.

Es en el Ifibyne, y más precisamente en el Laboratorio de Fisiología y Biología Molecular, donde Kornblihtt investiga la regulación de la forma en que se expresan los genes humanos. "En particular en el proceso del splicing alternativo del ARN (ácido ribonucleico) mensajero, que explica cómo un único gen es capaz de generar muchas proteínas" aclara el investigador.
Este mecanismo está finamente regulado en las células normales y, cuando falla, se producen enfermedades hereditarias o cáncer. Lo que encontraron es que la velocidad con que se copia cada gen (ADN) para formar el mensajero (ARN) es crítica para determinar la abundancia relativa de las proteínas codificadas por un mismo gen.

Sobre su incorporación a la NAS, Kornblihtt expresa satisfacción por haber sido elegido por sus propios colegas norteamericanos, que conocen su trabajo.
"Creo que es un reconocimiento a la ciencia argentina, a la educación pública y a las instituciones que me han formado y apoyado desde el comienzo de mi carrera, como la UBA, el Conicet y la Fundación Antorchas. También debo agradecer a mis maestros, los doctores Francisco Baralle y Héctor N. Torres, recientemente fallecido, así como a mis discípulos sin cuya inteligencia, compromiso y trabajo nada hubiera sido posible", concluye Kornblihtt.




Sobre Alberto R. Kornblihtt

Nació en 1954 en Buenos Aires, Argentina. Se graduó como biólogo (1977) en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEN) de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y obtuvo el título de Doctor en Química (especialidad Bioquímica) en la Fundación Campomar (1980) dirigido por Héctor Torres. Hizo un postdoctorado (1981-1984) en la Sir William Dunn School of Pathology de la Universidad de Oxford, dirigido por Tito Baralle, donde clonó el gen de la fibronectina humana y descubrió su splicing alternativo.
Actualmente es Profesor Titular Plenario de la en el Departamento de Fisiología, Biología Molecular y Celular de la FCEN e Investigador Superior del Conicet en el Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias (Ifigyne-UBA-Conicet). Desde 2002 es International Research Scholar del Howard Hughes Medical Institute (HHMI). Fue galardonado con la beca Guggenheim (1991), el premio Konex de Platino (2003), un subsidio especial de la Fundación Antorchas (2000-2008), la Medalla del Bicentenario (2010) y el Premio Houssay Trayectoria en Química, Bioquímica y Biología Molecular (2010). Es miembro de consejos científicos de institutos de investigación en Italia, India, Sudáfrica y Uruguay y forma parte del Comité Nacional de Ética en Ciencia y Tecnología de Argentina.
Por último, Kornblihtt dirigió 15 tesis doctorales, organizó 5 reuniones científicas internacionales y dio más de 100 charlas y conferencias plenarias en 20 países de América, Europa, Asia y Oceanía. Es miembro del Board of Reviewing Editors de la revista Science, Editor en Jefe de la revista Transcription y presidente (2010-2011) de la Sociedad Argentina de Investigación en Bioquímica y Biología Molecular (SAIB).

FUENTE: CONICET
http://www.conicet.gov.ar/new_noticias/noticias.php?id_noticia=7032&tipo=6&nota_completa=yes

sábado, 21 de mayo de 2011

Terapia eléctrica permite caminar a un parapléjico

Un hombre que quedó parapléjico tras un accidente de tránsito logró pararse y dar algunos pasos después de recibir estimulación eléctrica en su médula espinal, lo que los investigadores describieron como un gran avance en el tratamiento de estas lesiones devastadoras.
Rob Summers, un ex jugador universitario de béisbol de 25 años, también pudo mover sus caderas, rodillas, talones y dedos, y recuperó cierta funcionalidad sexual y de la vejiga, informaron los expertos que lo asisten.
“Esto brinda una gran oportunidad de mejorar la funcionalidad diaria de estas personas, aunque nos queda un largo camino por recorrer”, señaló Susan Harkema, directora del estudio de la University of Louisville en Kentucky.

Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista médica The Lancet.
“Esto no es una cura y Rob no está caminando. Este enfoque tendría un impacto de manera creciente”, añadió la experta. “Permitir a las personas tan sólo pararse unos minutos por día puede cambiar drásticamente su salud”, señaló.
Al joven le implantaron un dispositivo con 16 electrodos en la región lumbar de la columna vertebral que transmite a las neuronas de la médula estímulos eléctricos similares a los que vienen del cerebro en personas sin lesión medular.
Summers recibió estimulación eléctrica directa y continua en la zona baja de la médula espinal, un proceso diseñado para imitar las señales que el cerebro normalmente transmite para iniciar el movimiento.
Los investigadores pasaron más de dos años reentrenando las redes neurales de la médula para producir movimientos musculares, luego de lo cual el dispositivo de electroestimulación fue implantado quirúrgicamente en su espalda.
Los autores del estudio advirtieron que se requiere trabajar más en el tema antes de que la técnica pueda volverse una práctica estandarizada.
Pero los resultados generan optimismo para los pacientes parapléjicos que de otra forma tienen pocas esperanzas de recuperación.
Más de 5 millones de estadounidenses viven con algún tipo de parálisis.
Harkema y sus colegas esperan que este resultado allane el camino para que algunos pacientes con problemas medulares puedan pararse y dar uno pasos, con la ayuda de una unidad de estimulación portátil.
El estudio fue financiado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos y la fundación de Christopher Reeve, el actor que quedó paralizado luego de caerse de un caballo. Reeve murió en el 2004.
Summers pasó tres años en Kentucky preparándose para la cirugía. Ahora puede pararse y permanecer de pie sosteniendo peso durante unos 4 minutos seguidos. Con la ayuda de un arnés y la asistencia de un terapista, puede dar pasos en una cinta.
“Para mí, que durante cuatro años no pude ni siquiera mover un dedo, tener la libertad y la capacidad de pararme por mis propios medios es la sensación más maravillosa”, declaró.
“Mi físico y mi tono muscular mejoraron enormemente, tanto que la mayoría de las personas ni siquiera cree que estoy paralizado”, agregó.
Ex beisbolista de la Universidad Estatal de Oregon, Summers padeció un accidente de tránsito en el 2006, cuando tenía 20 años. El joven fue a chequear el equipo deportivo en su automóvil cuando fue embestido por otro vehículo. El conductor que lo atropelló se dio a la fuga y nunca fue encontrado.
Por Lewis Krauskopf / Reuters

FUENTE: Diario la Capital
http://www.lacapital.com.ar/informacion-gral/Terapia-electrica-permite-caminar-a-un-paraplejico-20110521-0011.html

viernes, 20 de mayo de 2011

Anton Chéjov (1860-1904) "Pequeñeces"

Anton Chéjov (1860-1904)  «Pequeñeces»

Independiente, incrédulo, burlón, detestaba las palabras pomposas y las opiniones solemnes.
Antón Chéjov dijo: «Durante mi infancia, no tuve infancia». Tenía un padre tirano y una madre que no era capaz de defender a sus seis hijos de las palizas paternas. Antón se pasaba las horas en el parque, solo, pensando «en lo que ocurre en las profundidades del alma», según cuenta el escritor Víctor Andresco. Sin embargo, los hermanos formaban un grupo alegre. Hacían sátira de todo lo que les rodeaba, vecinos, profesores y familiares. Era el humor chejoviano en estado puro.
La familia Chéjov se mantuvo unida hasta el final, y Anton tiró del carro y les mantuvo a todos. Estudió medicina y vendía sus cuentos a los editores de periódicos. Y hoy sus relatos breves se consideran los mejores de la historia de la literatura mundial. Aunque él no les daba ninguna importancia.
Chejov en 1867
Retrató imágenes inolvidables de niños. El pequeño Grisha, a quien llevan a ver las rarezas de la ciudad, o el de "La Estepa", uno de sus cuentos más largos, que es la historia de un viaje vista a través de la mirada de un niño. También está Vanka, el niño aprendiz en un taller de zapatero, o la joven niñera de "Ganas de dormir",...
En "Pequeñeces", el cuento a continuación, está Alecha, un niño de ocho años que recibe una de esas lecciones del mundo adulto que va socavando la inocencia.
PEQUEÑECES
por Antón Chéjov
Nicolás Ilich Beliayev, rico propietario de Pertersburgo, aficionado a las carreras de caballos, joven aún -treinta y dos años-, grueso, de mejillas sonrosadas, contento de sí mismo, se encaminó, ya de noche, a casa de Olga Ivanovna Irnina, con la que vivía, o, como decía él, arrastraba una larga y tediosa novela. En efecto: las primeras páginas, llenas de vida e interés, habían sido saboreadas, hacía mucho tiempo, y las que las seguían no ofrecían nada nuevo ni interesante.
Olga Ivanovna no estaba en casa, y Beliayev pasó al salón y se tendió en el canapé.
-¡Buenas noches, Nicolás Ilich! -le dijo una voz infantil-. Mamá vendrá en seguida. Ha ido con Sonia a casa de la modista.
Al oír aquella voz, advirtió Beliayev que en un ángulo de la estancia estaba tendido en un sofá el hijo de su querida, Alecha, un chiquillo de ocho años, esbelto, muy elegantito con su traje de terciopelo y sus medias negras. Roca arriba, sobre un almohadón de tafetán, levantaba alternativamente las piernas, sin duda imitando al acróbata que acababa de ver en el circo. Cuando se le cansaban las piernas realizaba ejercicios análogos con los brazos. De cuando en cuando se incorporaba de un modo brusco y se ponía en cuatro patas. Todo esto lo hacía con una cara muy seria, casi dramática, jadeando, como si considerase una desgracia el que le hubiera dado Dios un cuerpo tan inquieto.

-¡Buenas noches, amigo! -contestó Beliayev-. No te había visto. ¿Mamá está bien?
Alecha, que ejecutaba en aquel momento un ejercicio sumamente difícil, se volvió hacia él.
-Le diré a usted... Mamá no está bien nunca. Es mujer, y las mujeres siempre se quejan de algo...
Beliayev, para matar el tiempo, se puso a observar la cara del niño. Hasta entonces, en todo el tiempo que llevaba en relaciones íntimas con Olga Ivanovna, casi no se había fijado en él, no dándole más importancia que a cualquier mueble insignificante.
Ahora, en las tinieblas del anochecer, la frente pálida de Alecha y sus ojos negros recordábanle a la Olga Ivanovna del principio de la novela. Y quiso mostrarle un poco de afecto al chiquillo.
-¡Ven aquí, bicho! -le dijo-. Déjame verte más de cerca.
El chiquillo saltó del sofá y corrió al canapé.
-Bueno -comenzó Beliayev, poniéndole una mano en el hombro.- ¿Cómo te va?
-Le diré a usted... Antes me iba mejor.
-¿Y eso?
-Es muy sencillo. Antes, mi hermana y yo leíamos y tocábamos el piano, y ahora nos obligan a aprendernos de memoria poesías francesas... ¿Se ha cortado usted el pelo hace poco?
-Sí, hace unos días.
-¡Ya lo veo! Tiene usted la barbita más corta. ¿Me deja usted tocársela…? ¿No le duele…?
--No, no me duele.
-¿Por qué cuando se tira de un solo pelo duele y cuando se tira de todos a la vez casi no se siente?
El chiquillo empezó a jugar con la cadena del reloj de su interlocutor y prosiguió:
-Cuando yo sea colegial, mamá me comprará un reloj. Y le diré que también me compre una cadena como esta. ¡Oh, qué medallón! Como el de papá... Papá lleva en el dije un retratito de mamá... La cadena es mucho más larga que la de usted...
-¿Y tú cómo lo sabes? ¿Ves a tu papá?
-¿Yo?... No... Yo...
Alecha se puso colorado y se turbó mucho, como un hombre cogido en una mentira.
Beliayev lo miró fijamente, y le preguntó:
-Ves a papá..., ¿verdad?
-No, no... Yo...
-Dímelo francamente, con la mano sobre el corazón. Se te conoce en la cara que ocultas la verdad. No seas taimado. Lo ves, no lo niegues... Háblame como a un amigo.
Alecha pensó un rato.
-¿Y usted no se lo dirá a mamá?
-¡Claro que no! No tengas cuidado.
-¿Palabra de honor?
-¡Palabra de honor!
-¡Júramelo!
-¡Dios mío, qué pesado eres! ¿Por quién me tomas?
Alecha miró a su alrededor, abrió mucho los ojos y susurró:
-Pero, ¡por Dios, no le diga usted nada a mamá! Ni a nadie, porque es un secreto. Si mamá se entera, yo, Sonia y Pelagia, la criada, nos la ganaremos. Pues bien, oiga usted: yo y Sonia nos vemos con papá los martes y los viernes. Cuando Pelagia nos lleva de paseo vamos a la confitería Aspel, donde nos espera papá en un cuartito aparte. En el cuartito hay una mesa de mármol y encima un cenicero que con forma de ganso.
-¿Y qué hacéis allí?
-Nada. Primero nos saludamos, luego nos sentamos todos a la mesa y papá nos convida café y a pasteles. A Sonia le gustan los pastelitos de carne, pero yo los detesto. Prefiero los de repollo y huevo. Como comemos mucho, cuando volvemos a casa no tenemos ganas. Sin embargo, cenamos, para que mamá no sospeche, nada.
-¿De qué habláis con papá?
-De todo. Nos acaricia, nos besa, nos cuenta cuentos. ¿Sabe usted? Y dice que cuando seamos mayores nos llevará a vivir con él. Sonia no quiere; pero yo sí. Claro que me aburriré sin mamá; pero podré escribirle cartas. Y hasta podré venir a verla los días de fiesta, ¿verdad? Papá me ha prometido comprarme un caballo. ¡Es más bueno! No comprendo cómo mamá no le dice que se venga a casa y no quiere ni que le veamos. Siempre nos pregunta cómo está y qué hace. Cuando estuvo enferma y se lo dijimos, se tomó la cabeza con las dos manos..., así..., y empezó a ir y venir por la habitación como un loco... Siempre nos aconseja que obedezcamos y respetemos a mamá... Diga usted: ¿es verdad que somos desgraciados?

-¿Por qué?
-No sé; papá lo dice: «Sois unos desgraciados, nos dice, y mamá, la pobre, también, y yo; todos nosotros». Y nos suplica que recemos para que Dios nos ampare.
Alecha calló y se quedó meditabundo. Reinó un corto silencio.
-¿Conque sí? -dijo, al cabo, Beliayev-. ¿Conque celebráis reuniones en las confiterías? ¡Tiene gracia! ¿Y mamá no sabe nada?
-¿Cómo lo va a saber? Pelagia no se lo dirá por nada... ¡Ayer nos dio papá unas peras…! Estaban dulces como la miel. Yo me comí dos...
-Y dime..., ¿papá no habla de mí?
-¿De usted? Mire, en realidad…
El chiquillo examinó atentamente la cara de Beliayev, y se encogió de hombros.:
-No dice nada especial.
-Pero, ¿por qué no me lo cuentas?
-¿No se ofenderá usted?
-¡No, tonto! ¿Habla mal?
-No; pero... está enojado con usted. Dice que mamá es desgraciada por su culpa; que usted ha sido su perdición. ¡Qué cosas tiene papá! Yo le aseguro que usted es bueno y muy amable con mamá; pero no me cree, y, al oírme, balancea la cabeza.
-¿Conque afirma que yo he sido la perdición...?
-Sí. ¡Pero no se enfade usted, Nicolás Ilich!
Beliayev se levantó y empezó a pasearse por el salón.
-¡Es absurdo y ridículo! -balbuceaba, encogiéndose de hombros y con una sonrisa amarga-. Él es el principal culpable y afirma que yo he sido la perdición de Olga. ¡Es irritante!
Y, dirigiéndose al chiquillo, volvió a preguntar:
-¿Así que te ha dicho que yo he sido la perdición de tu madre?
-Sí; pero... usted me ha prometido no enfadarse.
-¡Déjame en paz!... Qué cosa más ridícula: caí atrapado en una jaula, y todavía resulta que soy culpable.
Se oyó la campanilla. El chiquillo corrió a la puerta. Momentos después entró en el salón con su madre y su hermanita.
Beliayev saludó con la cabeza y siguió paseándose.
-¡Claro! -murmuraba-. ¡El culpable soy yo! ¡Él es el marido y le asisten todos los derechos!
-¿Qué hablas? -preguntó Olga Ivanovna.
-¿No sabes lo que predica tu marido a tus hijos? Según él, soy un infame, un criminal; he sido la perdición tuya y de los niños. ¡Todos sois unos desgraciados y el único feliz soy yo! ¡Ah, qué feliz soy!
-No te entiendo, Nicolás. ¿Qué sucede?
-Pregúntale a este caballerito -dijo Beliayev, señalando a Alecha.
El chiquillo se puso colorado como un tomate; luego palideció. Se pintó en su rostro un gran espanto.
-¡Nicolás Ilich!-balbuceó-, le suplico...
Olga Ivanovna miraba alternativamente, con ojos de asombro, a su hijo y a Beliayev.
-¡Pregúntale!-prosiguió-. La imbécil de Pelagia lleva a tus hijos a las confiterías, donde les arregla entrevistas con su padre. ¡Pero eso es lo de menos! Lo gracioso es que su padre, según les dice él, es un mártir y yo soy un canalla, un criminal, que ha deshecho vuestra felicidad...
-¡Nicolás Ilich! -gimió Alecha-, usted me había dado su palabra de honor...
-¡Déjame en paz! ¡Se trata de cosas más importantes que todas las palabras de honor! ¡Me indignan, me sacan de quicio tanta doblez, tanta mentira!
-Pero dime -preguntó Olga, con lágrimas en los ojos, dirigiéndose a su hijo-: ¿ves a tu padre? No comprendo...
Alecha parecía no haber oído la pregunta, y miraba con horror a Beliayev.
-¡No es posible! -exclama su madre-. Voy a preguntarle a Pelagia.
Y salió.

-¡Usted me había dado su palabra de honor...! -dijo el chiquillo, todo trémulo, clavando en Beliayev los ojos, llenos de horror y de reproches.
Pero Beliayev no le hizo caso y siguió paseándose por el salón, excitadísimo, sin más preocupación que la de su amor propio herido.
Alecha se llevó a su hermana a un rincón y le contó cómo había sido engañado. Lo hacía temblando, tartamudeando, llorando. Por primera vez en su vida tropezaba, cara a cara, con la mentira; no sabía antes que, aparte de las peras dulces, pastelitos y relojes caros, existen en el mundo muchas otras cosas que no tienen nombre en el lenguaje infantil.
FIN

Fuente: CiudadSeva

miércoles, 18 de mayo de 2011

Julio Cortázar "Rayuela" - Capítulo 68



Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente su orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, las esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentía balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.


lunes, 2 de mayo de 2011

En Malvinas, el rugby dio un mensaje de unión y amistad

Un grupo de ex rugbiers que integran la Fundación Rugby Sin Fronteras volvió a las Islas. Realizaron clínicas para los chicos isleños y promovieron un puente de amistad a través del deporte.
Difundir un mensaje de amor y paz a través del deporte y tender un puente de relación por encima de toda ideología y diferencias políticas y sociales. Con ese objetivo la organización Rugby Sin Fronteras viajó nuevamente a las Islas Malvinas para brindar una serie de clínicas para chicos y fortalecer el lazo de amistad y comunión que comenzó a forjarse entre isleños y argentinos, separados hace 28 años por un doloroso conflicto bélico.


"En todo el mundo hay sobrados ejemplos de divisiones, conflictos y guerras. Nosotros queremos aportar algo de luz y llevar un mensaje de amor, unión y solidaridad. El proyecto apunta a difundir esos valores y el rugby es una excusa pero también el mejor puente para transmitirlo", destacó Bautista Segonds, el titular de Rugby Sin Fronteras.
La primera experiencia fue positiva. El 13 de diciembre de 2009, un grupo de 34 ex rugbiers argentinos y 3 veteranos de guerra disputaron el primer partido de rugby en el archipiélago junto a algunos kelpers y militares ingleses de la base de Mount Pleasant. Además, se alentó a los chicos nativos a participar de las clínicas para enseñarles el deporte.
Compartir los valores y principios de un deporte formativo, con un mensaje sincero y fraterno en donde hubo tanto sufrimiento. Un loable objetivo que a fuerza de buena voluntad, pudo mitigar cualquier aspereza y superar el comprensible temor y la desconfianza de algunos isleños. "No todos reaccionan igual. Muchos ya nos conocen y comparten nuestro respeto, otros demuestran cierta resistencia por las secuelas que dejó la guerra. En este segundo viaje buscamos fortalecer el vínculo con los chicos. Fue emocionante verlos participar", comentó Segonds quien viajó junto a otros rugbiers como Luis Salessi (ex centro de La Plata) y Claudio Peroni (ex pilar de Pueyrredón).


La cancha de la Community School fue el punto de encuentro en esta nueva visita. En un forzado español, varios de los chicos que se acercaron les mostraron su felicidad por poder jugar. Correr con la pelota en sus manos, caerse al piso, disfrutar en el contacto físico. Divertirse fue la consign, al pesar del recelo y la prohibición expresa de algunos padres que les habían prohibido ir. "No había nada de qué asustarse, siempre fuimos muy respetuosos. Entendemos la reacción de los mayores, pero fue evidente que la presión de los chicos por jugar, divertirse y disfrutar de la comunión y la amistad en un tercer tiempo lo superó todo", dijo el ex tercera línea de Coronel Suárez Rugby y Pueyrredón.
Más allá del juego, la relación con los chicos isleños se apoyó también en un fluido intercambio epistolar. Los ex rugbiers, junto a algunos veteranos de guerra que compartieron el viaje, les llevaron unas 300 cartas escritas por chicos argentinos, pertenecientes al Colegio Primario Argentino "Baldomero Fernández Moreno" de Liniers. "Ahora les llevaremos la respuesta a través de las cartas que los chicos de Malvinas nos dejaron. La idea es generar un ida y vuelta, que el mensaje de amistad fluya naturalmente, y que todos se sientan partícipes de esta experiencia y compartan sus vivencias y sueños", puntualizó.


Por WALTER DANIEL RAIÑO

FUENTE: CLARIN.com
rugbysinfronteras.com.ar