jueves, 20 de julio de 2017

Los perros entran en el hospital

Poco a poco, la terapia con animales se hace un hueco en la sanidad

Pipa, Danka, Tango... Ninguno de ellos es una mascota corriente. Los tres son perros acostumbrados a caminar con naturalidad por los pasillos de un hospital, donde no se limitan a ser simples mascotas, sino que se han convertido -desde hace poco tiempo- en aliados de médicos y pacientes. El Hospital Sant Joan de Déu (en Esplugues de Llobregat, Barcelona) fue el primero en romper la barrera y dejar a un perro poner la pata dentro de sus pasillos. Desde entonces, aunque aún tímidamente, otros centros españoles se han animado a probar las terapias asistidas con perros en sus instalaciones, imitando un modelo extendido ya en otros ámbitos (principalmente en el campo de la discapacidad).Pipa recorre como Pedro por su casa los pasillos del Sant Joan de Déu, en los que nació hace casi tres años. De hecho, este Cavalier King Charles debe su nombre a una votación que celebraron los niños ingresados cuando nació. Ella es uno de los nueve perros que a diario, acompañados por técnicos especializados, recorren este centro infantil, el primero en España en lanzarse a la aventura de dejar entrar a estas mascotas profesionales por sus pasillos. Como cuenta Nùria Serrallonga, responsable de la unidad de intervenciones asistidas con animales, todo empezó en 2009, durante unas jornadas sobre humanización celebradas en el centro. «Vinieron especialistas de un hospital de Florencia (Italia) -pionero en la terapia con perros en Europa- y fue un éxito».



A partir de ahí, todo fue rodado. Los perros entraron primero al jardín de Psiquiatría, luego al interior de este servicio, el hall del hospital... hasta que finalmente pudieron visitar también las habitaciones y prácticamente todos los servicios. Sólo la UCI, los quirófanos y la unidad de neonatos les están vetados a Pipa y sus amigos, que dentro de poco también podrán conectar por Skype con los pequeños en aislamiento (por ejemplo, después de recibir un trasplante de médula ósea). «Los técnicos llevan a los perros por todo el hospital, incluso por las Urgencias», explica Serrallonga, coordinadora del programa Hospital Amic, que engloba musicoterapia, payasos, perros, magos y cualquier actividad destinada a mejorar el bienestar emocional de los niños ingresados. «El perro es mi animal favorito, me ha encantado que vengan», confiesa Elena (7 años) después de recibir la visita de Nel y Damba, a los que incluso ha leído un cuento. Cada actividad en la que están presentes los perros tiene una finalidad terapéutica. Bien distraer a niños que pasan largas temporadas ingresados o en reposo, aliviar el estrés que provocan pruebas dolorosas como una punción lumbar... «Si un niño tiene miedo de volver a caminar después de alguna cirugía de Traumatología, por ejemplo, animarle a pasear al animal también tiene como fin ayudarle a recuperar la movilidad», prosigue la coordinadora del programa. A la pequeña Cloe (4 años), lo que más le ha gustado es acariciar al animal con sus pies descalzos. «Por sus gestos y sonidos se veía que estaba muy a gusto», confiesa Patricia, la madre de esta pequeña con una enfermedad rara a quien las cosquillas en los pies le encantan. Serrallonga admite que medir científicamente los beneficios que tienen los animales es difícil. «Tendríamos que tener escalas psicológicas bien validadas, o establecer un grupo de niños de control sin contacto con los perros... Además, ¿cómo sabríamos que el efecto se debe a las mascotas y no a la musicoterapia?», se pregunta. Para que los animales puedan estar en el hospital es necesario que estén acreditados como perros de asistencia y que no exista ningún riesgo de que puedan transmitir ninguna enfermedad; algo que no ha ocurrido nunca desde que funciona el programa. De hecho, otro estudio en la revista de la Southern Medical Association (EEUU), coincidía en este extremo al asegurar que el riesgo de que las mascotas transmitan infecciones a los pacientes ingresados es muy bajo. Como explica Luz Jaramillo, coordinadora de programas de la asociación Perros Azules, los protocolos sanitarios que certifiquen que el animal está sano y no supone ningún riesgo de transmisión de enfermedades a los pacientes ingresados son los trámites que más burocracia requieren antes de que la mascota pueda poner una pata en el hospital.



Burocracia, alergias y fobias


Estos trámites y ciertos recelos por parte de algunos sanitarios son probablemente los que han frenado a otros hospitales españoles a lanzarse a esta aventura, aunque varios centros se han interesado por el programa barcelonés y hay ya experiencias piloto similares. Es el caso del Gregorio Marañón de Madrid, que el pasado 4 de enero recibía en su unidad de Psiquiatría Adolescente la visita de Mia, Kimba y Danka, tres animales de la ONG Perros Azules. Como explica la doctora Dolores Moreno, psiquiatra de este servicio, la experiencia fue tan positiva que también ellos esperan integrar la terapia con perros de manera rutinaria como se hace en Barcelona. «Cualquier actividad no reglada dentro del hospital es complicada por la burocracia, pero en este caso, y con el visto bueno de la Comisión de Humanización, fue todo muy rápido», admite. Ella coincide con su colega del Sant Joan de Déu en que la evaluación científica de esta actividad es complicada, «pero sí te puedo decir que los adolescentes [con edades entre los 12 y los 17 años] se mostraron encantados, tranquilos, participativos y no necesitaron medicación de rescate». Las alergias y las fobias son los únicos aspectos que pueden frenar la participación de algunos pacientes. «Nunca obligamos a ningún chico a que acaricie a los perros», explica Luz Jaramillo, «pero sí es frecuente que algunos pacientes que inicialmente son más reacios al contacto con el animal luego se animen a participar». Normalmente, explica Jaramillo, cualquier raza de perro con el adecuado adiestramiento puede servir para intervenciones en un entorno médico. Y aunque abundan los labradores (como Kimba y Danka) y Golden Retriever (Mia) por su alto grado de sociabilidad con las personas, «no importa tanto la raza como las características de cada ejemplar». Los niños no son los únicos destinatarios de estas terapias. Desde que tenía 19 meses, Tango acude junto a su cuidadora -Begoña Morenza- al Hospital de Torrejón (en Madrid). «Iniciamos en 2012 un programa piloto en distintos servicios; en Neurología para pacientes con Alzheimer, en Psiquiatría, en Rehabilitación para personas operadas de cadera y rodilla...», explica. 



Y como ella misma reconoce, «aunque en algunos ha ido fenomenal, en otros casos se ha determinado que no aporta ningún beneficio a nivel clínico. Ésa es nuestra lucha diaria, investigar, publicar y demostrar si la terapia con perros funciona o no». Tango, que acaba de recibir el 1er Premio Mascota Comprometida con la Sociedad que otorga el Colegio de Veterinarios de Madrid, vive a diario con su cuidadora y ya prepara la siguiente sesión en el servicio de Psiquiatría. «Sobre todo estamos trabajando con niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad, ancianos con depresión, adultos con esquizofrenia y jóvenes con psicosis», explica Helena Díaz, jefa de Psiquiatría del Hospital de Torrejón y quien, confiesa, «era una escéptica inicialmente». Después de tres años de experiencia, muchas pruebas de ensayo-error para ir ajustando las sesiones, y un solo caso de alergia en un paciente que nunca había tenido problemas, la doctora Díaz asegura que los resultados son muy satisfactorios. Como esperan publicar pronto en una revista científica («porque hemos aplicado siempre una metodología muy rigurosa para poder medir los efectos»), la convivencia de los pacientes con enfermedad mental con los animales se ha traducido en una reducción de las dosis de algunas medicaciones, mayor adherencia de los pacientes con esquizofrenia y otros beneficios más intangibles que se han reflejado en el bienestar de los pacientes. «Es cierto que ésta es una terapia joven y aún tenemos mucho que aprender, pero nuestra experiencia nos ha demostrado que el único límite es el escepticismo que nos podamos poner los profesionales», concluye la doctora Díaz.


Fuente:
http://www.elmundo.es/salud/2016/01/17/569935ace2704eee318b45ef.html

"Hoy es un día simbólico porque sabes que podes contar conmigo el día 20 de julio y todos los demás días del año"

Uno de los recuerdos imborrables que tengo de mi infancia me llevan a la casa de mi abuela Fina a una noche de invierno de 1969. Todos estábamos frente al televisor, como hipnotizados, en silencio, observando algo nunca antes visto.


La transmisión vía satélite nos mostraba a tres astronautas en una nave que descendía sobre la superficie de la luna. Más tarde, uno de estos astronautas daría sus primeros pasos en nuestro satélite natural, tan lejano físicamente y, sin embargo, tan cercano para la mente, el corazón y las fantasías del hombre.
Era Neil Armstrong el primer hombre que caminaba sobre la luna en una región conocida como Mar de la Tranquilidad y todo el mundo lo vió en directo.

En el momento que Neil Armstrong pisó la superficie lunar dijo:"un pequeño salto para el hombre y un gran salto para la humanidad".


Algo que nunca olvidaré es que los astronautas se veían en blanco y negro y se movían en camara lenta.

Una noche inolvidable, la fecha exacta del alunizaje: 20 de Julio de 1969. Neil pisa la superficie lunar ya el día 21 de Julio a las 2:56 de la madrugada, seis horas y media despues del alunizaje. Nadie olvidó tampoco que la misión espacial fue la Apolo XI.

La llegada del hombre a la luna fue un hecho inolvidable de mi niñez y por lo visto fue tambien significativo en la vida de muchas personas.


Este acontecimiento movilizó el corazón de Enrique Ernesto Febbraro, profesor de psicología, filosofía, historia músico y odontólogo:

“Escuché que el alunizaje del módulo era un gesto de amistad, desde la humanidad hacía el universo. ¡Ya está, es el día elegido! Antes de que el Apolo 11 regresara a la Tierra, desde su consultorio de Lomas de Zamora, donde vivía entonces, envió mil cartas a cien países y, a vuelta de correo con 700 respuestas, había quedado fundado el Día del Amigo. Para el Dr. Febbraro, con el día del alunizaje se amplió el horizonte, conquista ésta de la humanidad toda, con la consiguiente posibilidad de estrechar nuevos lazos de amistad.




En un principio este día comenzó a celebrarse muy tímidamente, con nuestros amigos nos llamábamos por teléfono y nos deseabamos simplemente un feliz día. Avanzando la década de los noventa fue creciendo de una manera exponencial la costumbre de encontrarse con amigos del alma, con conocidos, con compañeros de trabajo, etc.
Por eso en nuestra querida ciudad de Rosario el día del amigo ya no comprende el día 20 de julio en exclusividad, podríamos llamarla la semana del amigo, donde los restaurantes, bares, restobares recomiendan a los clientes hacer sus reservas con anticipación.

El 19 de Julio de 2007 murió en Rosario nuestro querido Negro Fontanarrosa humorista gráfico y escritor exquisito reconocido a nivel internacional. Fontanarrosa fue un gran rosarino y amigo de su ciudad, por esto no pocas personas, en ese momento, pensaron seriamente trasladar la fecha del día del amigo 
del día 20 al 19 de julio en homenaje al querido "Negro".
Al final la fecha del día del amigo no se modificó, pero podemos festejar el día 19 de Julio, el día 20, dos días antes, dos días después, no obstante, lo más importante de esta fecha es encontrarnos con esa persona con la cual podemos pensar en voz alta, poder darle un gran abrazo, un beso, poder tomar unos mates, no es necesario tener que reunirnos en un bar o un restaurante, es simplemente poder decirle al otro: "Hoy es un día simbólico porque sabes que podes contar conmigo el día 20 de julio y todos los demás días del año".

A mis queridos amigos, y a los amigos de Títulos Felices, ¡Muy Feliz día!

Edgardo Consiglio     para Títulos Felices

martes, 18 de julio de 2017

La casa de la Virgen María en Efeso

La "Meryemana Evi" en Efeso (Turquía) fué redescubierta en el siglo XIX (gracias a una visión de A. K. Emmerick), la "Casa de la Virgen María" tiene dos habitaciones contiguas. En la mayor, llena de ofrendas cristianas y de velas, se dice la misa mientras que en la segunda en la que penden cintas de seda coloreada, que tienen la misma función de ofrendas, se encuentran alfombras de oración musulmanas.

Se encuentra la casa a 8 km. de Selcuk, en el monte Aladaj, «La casa de la Virgen» estaba hecha de piedras cuadradas, redondas u octogonales y de ladrillos. Anne Catherine Emmerich, estigmatizada y visionaria, anunció que la Virgen habría muerto en Efeso, que su morada se encuentra en una colina, al final de un camino de mulas, frente al mar Egeo y a la isla de Samos. Es gracias a estas revelaciones como se encontraron los cimientos de la casa donde la Virgen vivió sus últimos años y que fue, tras su muerte transformada en capilla.
El santuario de la Virgen se llama Bulbuldag, montaña del ruiseñor. María habría elegido un lugar solitario, porque deseaba vivir sus últimos años apartada y en contemplación. El Nuevo Testamento y los textos apócrifos de los primeros siglos no hablan de la presencia de María en Efeso. Pero se sabe con certeza (lo confirman Ireneo, Policarpo e Hipólito, Policrate, Clemente, Origine.....) que en Efeso vivió Juan. Y al apóstol predilecto, Cristo, en la cruz, antes de morir, le confió a su madre. Por tanto Jesús - dice el Evangelio - al ver a su madre y a su lado al discípulo que amaba, dijo a la madre: ¡Mujer, aquí está tu hijo!. Después dijo al discípulo: ¡Aquí está tu madre!. Y desde aquel momento el discípulo la recibió en su casa. Por tanto, la Virgen podría, razonablemente, haber seguido a Juan hasta Efeso. En favor de esta teoría, está también la presencia, en Efeso, de una basílica de la época constantiniana que estaba dedicada a la Virgen María. En dicha basílica tuvo lugar, en el año 431, el tercer Concilio Ecuménico, que proclamó a la Virgen "Madre de Dios".
El descubrimiento
El descubrimiento tuvo lugar a finales del siglo XIX. El 29 de julio de 1891 dos sacerdotes de la Congregación de la Misión (lazaristas) franceses, los padres Henry Jung y Eugène Poulin, cediendo a las insistentes peticiones de sor Marie de Mandat-Grancey, la superiora de las Hijas de la Caridad, que trabajaban en el hospital francés de Esmirna (Izmir), salieron en busca de la casa de María, teniendo como brújula las visiones de la mística alemana Anna Katharina Emmerick (1774-1824). La religiosa, beatificada por Juan Pablo II el 23 de octubre de 2004, desde su lecho, en un pueblo de Westfalia, en el que transcurrió los últimos doce años de su vida, había recibido las visiones de la vida de Jesús y de la Virgen, recogidas y publicadas después de su muerte por el literato alemán Clemens Brentano. Los dos sacerdotes, antiguos soldados del ejército francés, subieron el Bülbül Dag (que en turco quiere decir «la colina del ruiseñor»), que se eleva por encima de la llanura de Éfeso. Tras muchos esfuerzos y calor, junto a una fuente, encontraron las ruinas de una casa, que daba la impresión de haber sido utilizada como capilla, y que correspondía perfectamente a la descripción de Emmerick. Era el «Panaya üç Kapoulou Monastiri», como lo llamaban los cristianos ortodoxos del lugar, es decir, el «Monasterio de las tres puertas de Panaya, la Toda Santa», a causa de los tres arcos de la fachada.
Esos cristianos griegos, que hablaban turco, acudían al lugar en peregrinación en la octava de la fiesta de la dormición de María, el 15 de agosto. Los sacerdotes hicieron una investigación entre los habitantes del lugar y pudieron confirmar la existencia de una secular devoción que reconocía en la capilla en ruinas el lugar de la última residencia terrena de «Meryem Anas», la Madre María.
Estudios arqueológicos realizados entre 1898 y 1899 sacaron a la luz, entre las ruinas, los restos de una casa del siglo I, así como las ruinas de una pequeña población que se desarrolló alrededor de la casa a partir del siglo VII. El Papa León XIII (1878-1903) se pronunció favorablemente sobre estos descubrimientos, y restableció en el Ordo Romanus una nota que con motivo de la fiesta de la Asunción mencionaba a Éfeso como probable lugar de la dormición de la Virgen.

El santuario «Meryem Ana» ante el que el Papa celebró la misa, al aire libre, fue restaurado en los años cincuenta del siglo pasado con piedras y material del lugar. En estos momentos la atención pastoral ha sido encomendada a los frailes capuchinos. La Casa de María fue visitada por S.S. el Papa Pablo VI en 1967, por Juan Pablo II en 1979 y por Benedicto XVI en noviembre de 2006. Es meta de peregrinaciones de cristianos y también musulmanes, pues María es presentada en el Corán como “la única mujer que no ha sido tocada por el demonio”.

Descripción de los lugares según Anna Catherine Emmerick
« Su casa estaba situada a tres leguas y media de ahí, en la montaña que se veía a la izquierda viniendo de Jerusalén, y que descendía en pendiente suave hacia la ciudad. Cuando se viene del Sur, Efeso parece reunida al pié de la montaña; pero a medida que se avanza, se la ve desplegarse todo alrededor. En medio se ven hileras de arboles magníficos, después estrechos senderos conducen sobre la montaña, cubierta de un verdor agreste. La cumbre presenta una planicie ondulada y fértil de un media legua de contorno: es ahí donde se estableció la Santa Virgen (...)
Antes de conducir a la santa Virgen a Efeso, Juan había hecho construir para ella una casa en ese lugar, donde ya muchas santas mujeres y varias familias cristianas se habían establecido, antes incluso de que la gran persecución estallara. Permanecían en tiendas o en grutas, hechas habitables con la ayuda de algunos entablados. Como se habían utilizado las grutas y otros emplazamientos tal y como la naturaleza los ofrecía, sus habitaciones estaban aisladas, y a menudo alejadas un cuarto de legua unas de otras. Tras la casa de María, la única que era de piedra, la montaña no ofrecía hasta la cumbre, más que una masa de rocas desde donde se veía, más allá de las copas de los arboles, la villa de Efeso y el mar con sus numerosas islas (...)
La casa de María era cuadrada, solamente la parte posterior estaba redondeada; las ventanas estaban situadas en lo alto de las paredes y el tejado era plano. Estaba dividida en dos partes por el hogar, situado en el centro ...»
Fuente:

sábado, 15 de julio de 2017

La historia del ajedrez


Hay muchas versiones de la historia: No es la historia de la Palamedes griega en general, que inventó este juego para distraer a sus soldados durante el asedio de Troya. O no es la historia de Liu Pang, fundador de la China dinastía Han, que inventó este juego como una ayuda para entender la estrategia.

La más famosa es la leyenda de Sissa. Él era un Brahman inteligente que inventó este juego para enseñar a su Rajá tiránico, Belkib, que un rey siempre las necesidades de su gente, incluso la más pequeña. El rey quedó tan impresionado por el juego que le pidió a Sissa, lo que podía hacer para darle las gracias. Sissa le contestó: "sólo hay que poner un grano de arroz en la primera casilla del juego, y el doble que para cada uno, por lo que es de 2, luego 4, luego 8".


El rey pensó que era un precio muy modesto a pagar y aceptó sin pensar más en ello. Fue, de hecho, una enorme cantidad…

En el libro de Adrian Paenza se presenta este cálculo como problema y el número da exactamente 18446744073709551615 granos de arroz. Si calculamos el peso de esa generosa recompensa a 30 miligramos por grano de arroz da la fabulosa cifra de 550 mil millones de toneladas. La producción mundial de arroz…en mil años.

En el ajedrez cada jugador cuenta con dieciséis piezas (8 peones, 2 torres, 2 caballos, 2 alfiles, el Rey y la Reina); y se desplazan estas piezas por un tablero de 64 casillas blancas y negras alternadas, llamadas escaques. El juego concluye cuando uno de los Reyes es vencido, en la terminología ajedrecística, cuando está en Jaque Mate (proviene de las palabras persas : SHAH MAT : "el Rey está muerto").

En sus orígenes se lo denominó Chaturanga o juego del ejército. Fue difundiéndose a través de las rutas comerciales de aquel tiempo, llegó a Persia y al Imperio Bizantino, extendiéndose por toda Asia.

Los árabes estudiaron profundamente el juego, analizaron sus movimientos y escribieron varios tratados sobre ajedrez. Con la invasión de los árabes a España, llega alrededor del año 700 a la península y se comienza a difundir en Europa, aunque hay datos de que ya lo jugaban los vikingos y los cruzados que habían visitado Tierra Santa.

Se han encontrado piezas de épocas medievales que testimonian la presencia del juego en varias zonas europeas. Alfonso X, El Sabio, el escritor medieval galaico-toledano, interpretó, tradujo y adaptó tratados de ajedrez, a la vez que escribe su "Libro de Ajedrez". Hasta el siglo XVIII el ajedrez era un juego predilecto especialmente de la nobleza y la aristocracia, pero comienza a popularizarse hasta llegar a jugarse en cualquier ámbito, y tanto entra a la Universidad como a los cafés. Las normas y su reglamento han variado a través del tiempo, pero sigue siendo un juego de lógica, estrategia y concentración.

Las competencias individuales de quienes pretendían ser los más grandes jugadores de su tiempo, llevó en el siglo XIX a la realización de un torneo entre los  mejores ajedrecistas de la época. Dicho torneo fue llevado a cabo en Londres, Inglaterra, en 1851, y su vencedor fue el brillante combinador alemán Adolf Anderssen.
Oficialmente, el primer campeón mundial de ajedrez fue Wilheim Steinitz .


FUENTES:



viernes, 3 de marzo de 2017

El Dr Salvador Mazza : un luchador y héroe nacional


En Argentina, hablar del doctor Salvador Mazza es sacarse el sombrero frente a destacada personalidad. Es que precisamente estamos hablando del médico sanitarista argentino que luchó contra el mal de Chagas.
Nacido un junio de 1886 en Rauch, provincia de Buenos Aires, llega al Colegio Nacional de la capital para continuar sus estudios.
Entre libro y libro se gradúa de médico en la Universidad de Buenos Aires allá por el año 1910. Durante su formación, no sólo se dedicó a la bacteriología, la química analítica y la patología, sino que también fue Inspector Sanitario y participó de las campañas de vacunación en la provincia de Buenos Aires. Como esto fuera poco, se doctoró además en la misma universidad y fue nombrado bacteriólogo del entonces Departamento Nacional de Higiene.   
Dentro de su amplia experiencia y pasión por la investigación con fines de cura al más débil, podemos citar:   
 - la organización del lazareto de la isla Martín García. Allí los inmigrantes que llegaban a estas tierras con el sueño de hacerse la América, pasaban su cuarentena antes de entrar al país, y Mazza trabajaba en la detección de portadores sanos de gérmenes de cólera.
- Fue profesor de Bacteriología en la cátedra del Dr Carlos Malbran, y Jefe del Laboratorio Central del Hospital de Clínicas de Buenos Aires.
- Su labor desde las filas del Ejército en la modificación de la vacuna antitífica que se inoculaba entonces a los conscriptos.
- Viajes y mas viajes de actualización profesional a Europa y África, donde se desempeña, por ejemplo en el Instituto Pasteur de Argelia. Es en Túnez, donde conoce al Premio Nobel de Medicina Charles Nicolle, entomólogo y bacteriólogo que cobró notoriedad por sus investigaciones sobre el Tifus Exantemático. El mismo Salvador lo admira y define como "el padre espiritual de todos mis trabajos".
- Es justamente su amigo Nicolle quien lo apoya, en su viaje a la Argentina con el fin de estudiar las patologías regionales, al tanto de las deficiencias del sanitarismo nacional. Este apoyo en el proyecto de Mazza para la creación de un instituto es fundamental. En este instituto se llevó a cabo el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades endémicas del país, especialmente las de noroeste. Así nace en 1928 la Misión de Estudios de la Patología Regional Argentina (MEPRA), la institución ocupada de las endemias más importante en toda la historia del país.
Es entonces desde este instituto que Salvador lucha científicamente contra el Mal de Chagas, enfermedad de la pobreza y el subdesarrollo que ya había sido descubierta por el brasileño Carlos Ribeiro Justiniano das Chagas.   
     
En 1912 Chagas presentó la enfermedad y el resultado de sus estudios en los ambientes científicos de nuestro país. Pero inmediatamente, cuando se comprobó que su descripción de la sintomatología era parcialmente errónea, su figura científica cayó en el descrédito y la comunidad médica argentina supuso que la presencia de este parásito en la sangre era un hallazgo casual y no representaba necesariamente una enfermedad. Una vez más el Chagas era silenciado.
Pero gracias al cielo, hubo un médico sanitarista comprometido socialmente, como Salvador Mazza, que la redescubrió y la dio a conocer a nivel mundial. Mazza no le había dado la espalda a los supuestos estudios “erróneos” de Chagas. Es más, se cree que los datos aislados del científico brasileño fueron sumados a sus propias investigaciones en animales y lo llevaron a sugerir la creación de un instituto que se dedicara a estudiar las enfermedades propias de la región. Sin quererlo, este verdadero trabajo de equipo, junto con el ya destacado apoyo de Nicolle, dieron sus frutos en 1928, con la creación por parte de Mazza, de la primera Sociedad Científica de Jujuy. Esta entidad fue precisamente el puntapié inicial para la posterior creación de la MEPRA, organismo dependiente del Instituto de Clínica Quirúrgica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.   
El MEPRA contaba con un equipo multidisciplinario que se ocupó de todas las patologías regionales humanas y animales, realizando múltiples actividades terapéuticas, de investigación y docencia. Nunca antes se había realizado en Argentina un relevamiento e investigación biológicos de esta magnitud en el campo de las patologías regionales y con un equipo profesional multidisciplinario, coherente y de tal calidad. La entidad no sólo sacó nuevamente a la luz esta enfermedad de la vinchuca, sino que además abocó sus esfuerzos a los novedosos y avanzados estudios de sus síntomas y lesiones.  
 Al mismo tiempo que conducía la MEPRA, Mazza logró que le construyeran un vagón de ferrocarril y que le otorgaran un pase libre para transitar con él por todo el país. Con este vagón equipado con un laboratorio y un consultorio que él mismo diseñó, recorrió innumerables regiones argentinas. En su extenso itinerario investigó y asesoró a muchos médicos que requerían su ayuda. “Mazza recorrió el país desde el Lago Argentino hasta el cerro Zapaleri, desde Caleta Olivia hasta Puerto Irigoyen, explorando, enseñando, estudiando sin descanso y sin tregua, haciendo todo de a centenares: extracciones de sangre, cultivos, exámenes serológicos, inoculaciones, biopsias, etc.. Todo lo realizó sin preocuparse por la precariedad de los medios o por lo difícil de las situaciones: desde una punción lumbar en una carpa de un campamento de obreros ferroviarios, hasta una autopsia realizada en el suelo, al aire libre, en una toldería indígena. Se lo podía ver también en villorrios, dando clases o haciendo demostraciones prácticas para uno o dos médicos a fin de interesarlos en el estudio de las endemias rurales.”  
En el año 1942 se contacta con el descubridor de la penicilina, Alexander Fleming, para obtener el cultivo original. Luego del aprendizaje de algunos errores y dificultades, en 1943 la MEPRA logra producir el antibiótico, comprobándose en el exterior que el medicamento hecho en estas tierras era de excelente calidad. Pero, una vez más, el gobierno argentino le dio la espalda sin reconocer la tamaña magnitud de sus investigaciones. Mazza, dicen, contó con “mas reconocimiento en el extranjero que en su propio país”.  
Murió en México en 1946. Allí se encontraba en unas jornadas de actualización sobre el Chagas. A partir de su muerte, la MEPRA sufrió una serie de ataques político-institucionales por los que en 1958, se cerró definitivamente, destruyéndose el valiosísimo material investigativo y documental de la entidad.   
Mazza y sus colaboradores trabajando siempre desde la oscuridad, como la vinchuca, pudieron dar luz, no callar esta enfermedad que desde otros sectores se silenciaba. Salvador Mazza fue no sólo un luchador sino un héroe nacional como tantos otros que permanecen en el anonimato y que pelearon por un país más sano. 
FUENTE: Asociación de Lucha contra el mal de Chagas

jueves, 2 de marzo de 2017

Louis Braille: Leer con los dedos

El Braille —sistema de lectura y escritura táctil que usan hoy todos los invidentes del mundo— fue inventado por un niño de 12 años. Se llamaba Louis, y nació en Coupvray, Francia, hace ahora 200 años.

Cuando tenía tres años, Louis estaba jugando en la tienda de su padre, fabricante de arneses, y se clavó una herramienta punzante en un ojo. La herida se infectó y se extendió al otro ojo, dejándole completamente ciego.

Afortunadamente, los padres, el maestro local y el párroco se dieron cuenta de la capacidad excepcional de Louis para el aprendizaje, y pusieron todos los medios a su alcance para que estudiara. Aunque, hace dos siglos, eso sólo podía consistir en dejar que Louis se sentara en la misma clase que los alumnos videntes y escuchara lo que pudiese.

Supusieron que Louis no podría seguir el ritmo de sus compañeros, pero pronto se convirtió en un alumno aventajado. Y también mostró un especial talento para la música. A la edad de 10 años, se fue a estudiar a la Real Institución para Jóvenes Ciegos de París, donde los profesores también enseñaban tan sólo hablando a sus alumnos, y donde, una vez por semana, después del almuerzo, se llevaban a pasear a los niños al parque unidos por una cuerda.

Sólo 14 libros

La biblioteca del colegio tenía solo 14 libros. Eran enormes, con letras grandes en relieve, muy difíciles de leer. Louis estaba impaciente por aprender y, después de leerlos todos, se preguntaba cómo mejorar el sistema. Fue en esa época cuando empezó a rondarle la idea de un alfabeto táctil para ciegos.

Un día, vino al colegio el capitán Charles Barbier de la Serre, que había inventado un sistema de escritura y lectura táctil con 12 puntos y guiones elevados para que sus soldados comunicaran los mensajes secretos en el campo de batalla por la noche, sin tener que hablar. Lo llamó sonografía. Barbier lo adaptó más tarde para los invidentes y lo presentó en la Institución para los Jóvenes Ciegos, donde nadie le hizo mucho caso, excepto Louis.

Con la misma herramienta

Louis pensó que el código del capitán era muy lento, los guiones ocupaban mucho espacio y sólo cabían un par de frases por página. En unas vacaciones en casa de sus padres, estudió la forma de mejorarlo. Sentado en la mesa del taller de su padre, sostuvo una herramienta punzante en su mano y la idea apareció en su mente. La herramienta que le había dejado ciego le serviría ahora para escribir y leer. Punzando un cartón pudo crear los puntos de un código mejorado. Louis redujo los 12 puntos a 6 y eliminó los guiones. Cuando cumplió 15 años, ya había fabricado en hierro el sistema y publicado el primer libro en Braille. Más tarde, añadió símbolos para matemáticas y música.



Sin embargo, el sistema Braille fue recibido con escepticismo, y los estudiantes que querían aprenderlo debían hacerlo por su cuenta. Incluso en la Institución Real, donde Louis impartía clase después de graduarse, no se enseñó Braille hasta después de su muerte, en 1852, y a pesar de que los invidentes pensaban que el sistema Braille era el más práctico.

Albanés y zulú

Después se extendió como la pólvora y, para 1890, ya era utilizado en casi todos los países del mundo y había sido adaptado a casi todos los idiomas conocidos, desde el albanés al zulú.

El Braille permite a los ciegos leer con la misma rapidez y facilidad que los videntes. Los libros en Braille tienen páginas de doble cara, que ahorra espacio, y las nuevas tecnologías lo han adaptado a los sistemas digitales más avanzados —Internet, correo electrónico, telefonía móvil,...


FUENTE: KINDSEIN.com