lunes, 4 de abril de 2011

Padre Tomás Santidrián : "Nunca pensé que me iba a dedicar a los chicos de la calle"

El nombre del padre Tomás Santidrián remite automáticamente al Hogar de Protección al Menor (Hoprome). El asegura con naturalidad que nunca se le pasó por la cabeza la idea de jubilarse, aunque de hecho lo está como docente y como sacerdote. El pasado 5 de marzo de 2011 dio su última misa en el colegio San Patricio, de donde fue capellán durante 20 años y dice que no es tiempo de balances sino de seguir trabajando para quienes más lo necesitan, sobre todo los chicos de la calle.

A los 82 años, este sacerdote nacido en el mítico barrio de Tablada, uno de los diez hijos de una familia de clase media que formaron don Tomás y doña Catalina, dice: “Haber cesado funciones en el San Patricio simplemente fue cumplir una etapa. Para mí fue un paso hacia una etapa nueva. Tal vez sea la última, Dios sabrá. Esta nueva etapa significa cambiar de actividades, no dejar de trabajar”. En la sede de Hoprome, en Castellanos al 1200, el movimiento es incesante y las cajas y bolsas con donaciones se acumulan por los rincones. Los talleres están a full y los empleados y colaboradores no dejan de caminar de un lado al otro y de recibir llamados.

PADRE TOMÁS SANTIDRIAN
(Rosario – Argentina)


El padre se emociona cuando dice: “Uno tiene la sensación grata de haber dedicado su vida a Dios y a la evangelización. Y en San Patricio pude desarrollar un trabajo pastoral más amplio. Siempre me dediqué a los chicos. Recuerdo que todas las mañanas les hablaba y hacíamos la oración. Allí estuve también al servicio de mis hermanos sacerdotes y es una alegría muy grande cada vez que me llaman para predicar el Evangelio o para dar charlas. Simultáneamente con eso tuve la atención de los hogares y hemos procurado siempre estar al servicio de los chicos de la calle. Y eso ahora lo voy a incrementar”.

Santidrián hace revisionismo y no duda en decir: “Siempre quise ser sacerdote”. Su casa de calle Necochea estaba cerca del actual hospital geriátrico. Y siempre andaba rondando la capilla. “Tomé la comunión a los 5 años y desde entonces dije que iba a ser cura. Fue un descubrimiento natural e incluso en una oportunidad intenté entusiasmar a dos de mis hermanos. Entré al seminario a los 10 años y muy consciente de lo que hacía”, relata.

El trabajo en Hoprome. El padre dice que jamás pensó que se iba a dedicar a los chicos de la calle y que Dios lo fue llevando. Que un abogado muy católico lo llevó un día a la cárcel en una época en la que se cuestionaba el accionar de la policía de menores. Por entonces era capellán de la escuela Sagrada Familia y también le dedicaba tiempo a Emaús. “Ellos me mandaron a París a un congreso. Volví incentivado y dije: “Fui a París a conocer a los pobres”. Era una contradicción tan grande que no la podía entender. Cuando volví me fui a vivir al barrio San Francisquito. De allí me fui a la cárcel de menores con el doctor Guida y conocí al famoso Topo Gigio, un preso menor de edad que me marcó muchísimo y a quien después mataron. Empecé con ellos y me entregué. Trabajando allí llegué a una conclusión: estos chicos no se pueden rehabilitar nunca aquí, hay que sacarlos”, enfatiza.

—Usted dijo en muchas oportunidades que el que entraba a un instituto de rehabilitación salía con el diploma de delincuente ¿Es tan así?

—Exactamente. Comenzamos con tres chicos sacados de la cárcel. Y hacíamos el mismo trabajo que hacemos ahora. Siempre creí que la única rehabilitación se hace a través del cariño, del amor y del hogar. Educar, en latín significa “sacar de”. ¿Y sacar de dónde? Del interior del ser humano. En un terreno propicio, lo que se siembre brota. A mí me sembraron buenas semillas. Pero cuando un chico nace sin hogar, sin cariño, ¿qué siembra? El desamor, la rebeldía. Entonces la pregunta es: ¿Se puede revocar eso? Ahí viene la reeducación que no se va a ser encerrándolo tras las rejas, sino a través del amor y del hogar.

Sin hacer nombres, le otorga certificado de defunción a los centros de rehabilitación. “No brindan amor. Se necesitan especialistas del amor, no carceleros. Un día leí en el frontispicio de la cárcel de Coronda: “Aquí entra el hombre, el delito queda afuera”. Ahora habría que escribir en algunos institutos: “Aquí entra el delito, el niño queda afuera”.

En la actualidad, Santidrián trabaja con cinco hogares en los cuales hay entre 6 y 7 chicos en cada uno. La Justicia le solicita al cura que tenga a los chicos en conflicto con la ley y él está convencido de que los hogares “son el único camino para rehabilitar”. Plantea que hay una situación social y de contexto que condiciona terriblemente a estos chicos. Pero también rescata que “el fondo, la esencia del ser humano permanece. Y allí se puede sembrar”. Y es tajante al afirmar: “El gobierno no puede educar. Debe administrar, procurar, pero no poner carceleros para educar. Yo le dije a dos gobernadores que me ofrecía a ser director de uno de esos institutos, pero con una condición, la de poner todos empleados nuevos, gente que va a trabajar por amor a la niñez. Yo fui director del Ceprome, donde tenía más de 100 chicos, la mayoría por delitos. Y funcionó perfectamente. Era de puertas abiertas”.


Por Hoprome pasaron “miles de chicos”, de distintas edades y a quienes se les brinda educación y un plato de comida. Según Santidrián, alrededor de un centenar fue adoptado. “La idea es prepararlos para la vida”, dice el veterano sacerdote. En los hogares se desarrollan seis oficios: panadería, carpintería, imprenta, fábrica de pastas, plomería y electricidad. “Ellos aprenden el oficio y después se van. Muchos consiguen trabajo. Incluso hay fábricas que los vienen a buscar”, destaca.

Cuenta orgulloso que muchas veces lo paran por la calle para saludarlo; son adultos (muchos de ellos profesionales, con trabajo fijo, que formaron familia) que alguna vez pasaron por los hogarcitos. Y es cuando plantea que la Iglesia “hace mucho por los necesitados” y que en general “hay una vocación muy grande hacia los pobres”.

Tampoco se olvida del hogar de adultos mayores Josefina Bakhita, más conocido como el crotario y adonde concurren, dice, “muchos integrantes de la clase media que se vino abajo, no el linyera”. Y porque trabajar por los demás es su destino, Santidrián se ilusiona señalando: “Yo trabajo en una quinta, pero quisiera trabajar en todos
lados”.


Por Mario Candioti
FUENTE: Diario LA CAPITAL - Rosario
 http://www.lacapital.com.ar/la-ciudad/Nunca-pense-que-me-iba-a-dedicar-a-los-chicos-de-la-calle-20110403-0004.html

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es muy importante entender que la solución No es la "mano dura", sino el corazón blando.- En lugar de preparar para la represión, hay que ver las causas y trabajar en la PREVENCIÓN, como también lo hacía Don Bosco.-
Se trata de un sano equilibrio: nadie dice que se les puede dar rienda suelta a chicos y jóvenes violentos, sino que hay que proteger a la sociedad, también seres humanos víctimas de esa delincuencia injusta.- Entonces a los que son violentos hay que tratar de recuperarlos con y desde el amor que tal vez nunca recibieron, y los lleva a ser violentos, hay que ayudarlos, contenerlos, AYUDARLOS CON AMOR A CAMBIAR PARA REINSERTARSE A LA SOCIEDAD SANAMENTE Y UTILES A ELLA.-
Porsupuesto, que tampoco se trata DE SOLTAR IRRESPONSALEMENTE A CHICOS, JÓVENES, PELIGROSOS QUE MUCHAS VECES GOLPEAN O MATAN A LOS POBRES CIUDADANOS.- hay que reeducarlos, protegerlos, recuperarlos, darles libertad, sin maltraro, pero a la vez, controlando si están o no en condiciones psíquicas-físicas-socioeconómicos, para estar en la calle, hasta que realmente estén aptos(aunque sea en forma progresiva).-
Pero mas allá de la necesaria recuperación de jóvenes y niños delincuentes y adictos, en lugares apropiados con Amor y no como un lugar donde los custodian y eduquen friamente (no en todos los casos, porque cada persona puede poner su amor personal), hay que TRABAJAR LA PREVENCIÓN. LAS CAUSAS, COMO HACÍA DON BOSCO, Y S PUEDE SEGUIR HACIENDO HOY 8Dar Amor, valores, oficios, educacion, FE, SENTIDO DE LA VIDA, ESPERANZA, JUEGOS, MICROEMPRENDIMIENTOS, CAMPAMENTOS, MUSICA, ALEGRÍA, CONTENCIÓN FLIAR Y A SU AMBIENTE, "FUNDAMENTALMENTE", PARA QUE PUEDAN SALIR CHICOS PREPARADOS PARA INTEGRARSE Y SERVIR EN LA SOCIEDAD, SIENDO "Buenos cristianos y Honestos ciudadanos", entonces como en todos los órdenes: "ES MEJOR PREVENIR QUE CURAR".- Claro PREVENIR, Y TAMBIÉN MIENTRAS TANTO, CURAR, RECUPERAR, REENCAMINAR EN FORMA PRUDENTE Y RESPONSABLE, NO POR UN SUELDO (aunque lo incluya), sino POR AMOR.-
ENTONCES ES UN BIEN PARA LA SOCIEDAD Y PARA LOS NIÑOS Y JÓVENES.- ¿No les parece? ¿ puede alguno pensar que la violencia de un lado u otro puede remediar algo, sin ver las cusas, tratando de corregirlas?

Anónimo dijo...

PADRE SANTIDRIAN , MUY BUENAS NOCHES Y ORGULLOSA DE SABER COMO SE OCUPA DE LOS CHICOS DE LA CALLE , COMO TAMBIEN ASI DE LOS ADULTOS DE LA CALLE... TENGO CONOCIMIENTO QUE UNA PERSONA QUE VIVE EN EL "CROTARIO" , O MEJOR DICHO VIVIA , YA QUE HACE 23 DIAS ESTA PELEANDO POR SU VIDA EN TERAPIA DEL HOSPITAL CENTENARIO, YA QUE UNO DE SUS COMPAÑEROS DE VIVIENDA LO AGREDIO BRUTALMENTE EN LA CABEZA DEJANDOLO EN COMA, CON FRACTURA DE CRANEO Y HEMORRAGIA CEREBRAL, YO NO SE SI ESTARA USTED ENTERADO, PERO ESTOY HABLANDO DE JOSE MARIA, Y ESTARIA BUENO QUE SE ENTERE , POR SI NO LO SABIA... DESDE YA SALUDO MUY ATTE

Anónimo dijo...

hola padre yo soy el q asía pochoclo en el hogar de amenabar y rueda q los tutores eran patri y guille yo personal mente aprecio q uste sea la persona q es la humildad q a implementado a sus hijos porq todos fuimos hijo de usted por q nunca el poder mal lo a conquistado hoy soy una persona q lo aprecia un monton y lo recuerdo de la mejor manera espero q la enseñanza q usted nos dio hoy q voy hacer padre con mi hijo lo implemente atentamente sergio basilio espeleta cha u padre q dios te tenga como la persona q yo conoci con un gran amor asi los demas solamente gracias por todo padre besos y q dio te vendiga gracias por ser como sos