martes, 12 de marzo de 2024

El descubrimiento de la penicilina: un gran paso para la medicina y una gran historia de gratitud.

La historia

Su nombre era Fleming, un agricultor pobre de Inglaterra. Un día, mientras trataba de ganarse la vida para su familia, escuchó a alguien pidiendo ayuda desde un pantano cercano. Inmediatamente soltó sus herramientas y corrió hacia el pantano.

Allí, enterrado hasta la cintura en el lodo negro, estaba un niño aterrorizado, gritando y luchando tratando de liberarse del lodo. El agricultor Fleming salvó al niño de lo que pudo ser una muerte lenta y terrible.

Al día siguiente, un carruaje muy pomposo llegó hasta los predios del agricultor inglés.
Un noble inglés, elegantemente vestido, se bajó del vehículo y se presentó a sí mismo como el padre del niño que Fleming había salvado.
"Yo quiero recompensarlo," dijo el noble inglés. "Usted salvó la vida de mi hijo."
“No, yo no puedo aceptar una recompensa por lo que hice" respondió el agricultor inglés, rechazando la oferta.

En ese momento el propio hijo del agricultor salió a la puerta de la casa de la familia.
"Es ese su hijo?", preguntó el noble inglés.
"Sí", respondió el agricultor, lleno de orgullo.
"Le voy a proponer un trato. Déjeme llevarme a su hijo y ofrecerle una buena educación. Si él es parecido a su padre crecerá hasta convertirse en un hombre del cual usted estará muy orgulloso.”

El agricultor aceptó. Con el paso del tiempo, el hijo de Fleming el agricultor se graduó de la Escuela de Medicina de St. Mary's Hospital en Londres, y se convirtió en un personaje conocido a través del mundo, el notorio Sir Alexander Fleming, el descubridor de la Penicilina.

Algunos años después, el hijo del noble inglés cayó enfermo de pulmonía. ¿Qué lo salvó? La Penicilina. El nombre del noble inglés? Randolph Churchill. ¿El nombre de su hijo? Sir Winston Churchill.

Alguien dijo una vez: Siempre recibimos a cambio lo mismo que ofrecemos. Siempre damos lo mismo que recibimos.
Trabaja como si no necesitaras el dinero. Ama como si nunca te hubieran herido. Baila como si nadie te estuviera mirando.

Descubrimiento casual

El gran avance moderno de la quimioterapia procede del descubrimiento fortuito del hecho de que los microorganismos sintetizan y excretan (expulsan al exterior de la célula) compuestos que son selectivamente tóxicos para otros microorganismos.

El bacteriólogo Alexander Fleming, desde la década de los años veinte, se interesó mucho por el tratamiento de las infecciones producidas por las heridas.


                                                   Sir Alexander Fleming

En 1929 Fleming, después de haber vuelto de unas vacaciones, se percató de que en una pila de placas olvidadas antes de su marcha, donde había estado cultivando una bacteria, Staphylococcus aureus, había crecido también un hongo en el lugar donde se había inhibido el crecimiento de la bacteria. Resultó que el hongo "fabricaba" una sustancia que producía la muerte de la bacteria; como el hongo pertenecía a la especie Penicillium, Fleming estableció que la sustancia que producía sería denominada "penicilina".

Aunque con frecuencia se ha comentado que varios microbiólogos hicieron el mismo tipo de observaciones que el inglés, sin llegar a su nivel de fama, esta especulación no se ha podido comprobar ni, por tanto, afirmar nunca.

Tal y como se ha podido demostrar en experimentos posteriores, en el "descubrimiento" de Fleming, coincidieron una serie de acontecimientos para que se produjeran los resultados que todos conocemos: la placa no se puso a incubar en estufa de 37º C (el crecimiento de la bacteria habría sobrepasado al del hongo) y además la temperatura del laboratorio no era superior a 12º C (según se cree, hubo una tormenta de frío en Londres en aquel verano de 1929).
La molécula de penicilina resultó muy inestable y después de mucho tiempo intentando purificarla (más tarde se demostró que era muy efectiva con preparativos impuros), Fleming desistió seguir trabajando.

En el año 1938, un grupo de científicos comandados por H.W. Florey y E. Chain reemprendieron el estudio.
El primer ensayo clínico, que se hizo el 12 de enero de 1941, sacó a la luz esta gran promesa y en 1943 en plena guerra comenzó la producción comercial en Estados Unidos.Una vez acabada la II Guerra Mundial, las compañías farmacéuticas entraron en la producción de penicilina de forma competitiva y comenzaron a buscar otros antibióticos. Fleming les había mostrado la dirección correcta.

La efectiva penicilina que conocemos hoy día, es una de las más importantes drogas medicinales del siglo XX y probablemente de la historia de la humanidad.

La Penicilina actúa tanto matando las bacterias como inhibiendo su crecimiento. Mata sólo los organismos que están creciendo y reproduciéndose.
Es eficaz contra una gama amplia de enfermedades causadas por microorganismos como los pneumococos, los estreptococos, el gonococos, el meningococo, el clostridium de tétano, y la espiroqueta de la sífilis.
Sus efectos secundarios se limitan generalmente a reacciones alérgicas que pueden preverse con seguras pruebas antes de su aplicación.

En 1944 Alexander Fleming recibió en Inglaterra el título de Sir por sus aportes a la ciencia y la medicina. Al año siguiente, en 1945, se entregó el Premio Nóbel de Fisiología o Medicina a Alexander Fleming, Howard Walter Florey y Ernst Boris Chain por sus contribuciones al desarrollo de la Penicilina. Millones de personas han salvado sus vidas, al tratarse con penicilina enfermedades para las que antes no existían tratamientos seguros ni curación.

Cuidado con el abuso

A pesar de esta gran ayuda, el descubrimiento de los antibióticos no se ha difundido de manera igual en el planeta. Además, en las sociedades más desarrolladas se está empezando a considerar una problemática el hecho de que existe una prescripción (y muchas veces un uso sin prescripción) exacerbada de los antibióticos. Esta realidad provoca que ya se esté hablando del paso de la "era de los antibióticos" a la "era post.antibiótica".

Con ello, nos referimos a que a menudo un antibiótico que antes era válido para combatir una bacteria deja de serlo debido a que, por causa del uso continuado que hacemos, la bacteria se ha acostumbrado al medicamento. Este medicamento, por tanto, ya no sabe cómo combatirla; llegamos a lo que técnicamente se denomina "resistencia". En España, por ejemplo, se ha llegado a una resistencia a los antibióticos del 30% de la población, en contra del 8% de Alemania.

Otro problema añadido es el hecho de que muchos de los animales que se usan para consumo humano son sometidos a administración de antibióticos a modo de profilaxis, pudiéndose generar ya en origen una resistencia que puede ir aumentando.
Con todo ello sólo intentamos hacernos eco de la voz de muchos profesionales de la microbiología que ya hace años están avisando del grave problema al que podemos llegar por el hecho de que para una simple infección ya no sea eficiente el antibiótico, y ya no hablemos de una situación de enfermedad bacteriana grave.

FUENTE:
www.profesorenlinea.cl


Biblioteca médica nacional
http://www.sld.cu/sitios/bmn/temas.php?idv=18317

jueves, 8 de febrero de 2024

El Dr Salvador Mazza : un luchador y héroe nacional


En Argentina, hablar del doctor Salvador Mazza es sacarse el sombrero frente a destacada personalidad. Es que precisamente estamos hablando del médico sanitarista argentino que luchó contra el mal de Chagas.
Nacido un junio de 1886 en Rauch, provincia de Buenos Aires, llega al Colegio Nacional de la capital para continuar sus estudios.
Entre libro y libro se gradúa de médico en la Universidad de Buenos Aires allá por el año 1910. Durante su formación, no sólo se dedicó a la bacteriología, la química analítica y la patología, sino que también fue Inspector Sanitario y participó de las campañas de vacunación en la provincia de Buenos Aires. Como esto fuera poco, se doctoró además en la misma universidad y fue nombrado bacteriólogo del entonces Departamento Nacional de Higiene.   
Dentro de su amplia experiencia y pasión por la investigación con fines de cura al más débil, podemos citar:   
 - la organización del lazareto de la isla Martín García. Allí los inmigrantes que llegaban a estas tierras con el sueño de hacerse la América, pasaban su cuarentena antes de entrar al país, y Mazza trabajaba en la detección de portadores sanos de gérmenes de cólera.
- Fue profesor de Bacteriología en la cátedra del Dr Carlos Malbran, y Jefe del Laboratorio Central del Hospital de Clínicas de Buenos Aires.
- Su labor desde las filas del Ejército en la modificación de la vacuna antitífica que se inoculaba entonces a los conscriptos.
- Viajes y mas viajes de actualización profesional a Europa y África, donde se desempeña, por ejemplo en el Instituto Pasteur de Argelia. Es en Túnez, donde conoce al Premio Nobel de Medicina Charles Nicolle, entomólogo y bacteriólogo que cobró notoriedad por sus investigaciones sobre el Tifus Exantemático. El mismo Salvador lo admira y define como "el padre espiritual de todos mis trabajos".
- Es justamente su amigo Nicolle quien lo apoya, en su viaje a la Argentina con el fin de estudiar las patologías regionales, al tanto de las deficiencias del sanitarismo nacional. Este apoyo en el proyecto de Mazza para la creación de un instituto es fundamental. En este instituto se llevó a cabo el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades endémicas del país, especialmente las de noroeste. Así nace en 1928 la Misión de Estudios de la Patología Regional Argentina (MEPRA), la institución ocupada de las endemias más importante en toda la historia del país.
Es entonces desde este instituto que Salvador lucha científicamente contra el Mal de Chagas, enfermedad de la pobreza y el subdesarrollo que ya había sido descubierta por el brasileño Carlos Ribeiro Justiniano das Chagas.   
     
En 1912 Chagas presentó la enfermedad y el resultado de sus estudios en los ambientes científicos de nuestro país. Pero inmediatamente, cuando se comprobó que su descripción de la sintomatología era parcialmente errónea, su figura científica cayó en el descrédito y la comunidad médica argentina supuso que la presencia de este parásito en la sangre era un hallazgo casual y no representaba necesariamente una enfermedad. Una vez más el Chagas era silenciado.
Pero gracias al cielo, hubo un médico sanitarista comprometido socialmente, como Salvador Mazza, que la redescubrió y la dio a conocer a nivel mundial. Mazza no le había dado la espalda a los supuestos estudios “erróneos” de Chagas. Es más, se cree que los datos aislados del científico brasileño fueron sumados a sus propias investigaciones en animales y lo llevaron a sugerir la creación de un instituto que se dedicara a estudiar las enfermedades propias de la región. Sin quererlo, este verdadero trabajo de equipo, junto con el ya destacado apoyo de Nicolle, dieron sus frutos en 1928, con la creación por parte de Mazza, de la primera Sociedad Científica de Jujuy. Esta entidad fue precisamente el puntapié inicial para la posterior creación de la MEPRA, organismo dependiente del Instituto de Clínica Quirúrgica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.   
El MEPRA contaba con un equipo multidisciplinario que se ocupó de todas las patologías regionales humanas y animales, realizando múltiples actividades terapéuticas, de investigación y docencia. Nunca antes se había realizado en Argentina un relevamiento e investigación biológicos de esta magnitud en el campo de las patologías regionales y con un equipo profesional multidisciplinario, coherente y de tal calidad. La entidad no sólo sacó nuevamente a la luz esta enfermedad de la vinchuca, sino que además abocó sus esfuerzos a los novedosos y avanzados estudios de sus síntomas y lesiones.  
 Al mismo tiempo que conducía la MEPRA, Mazza logró que le construyeran un vagón de ferrocarril y que le otorgaran un pase libre para transitar con él por todo el país. Con este vagón equipado con un laboratorio y un consultorio que él mismo diseñó, recorrió innumerables regiones argentinas. En su extenso itinerario investigó y asesoró a muchos médicos que requerían su ayuda. “Mazza recorrió el país desde el Lago Argentino hasta el cerro Zapaleri, desde Caleta Olivia hasta Puerto Irigoyen, explorando, enseñando, estudiando sin descanso y sin tregua, haciendo todo de a centenares: extracciones de sangre, cultivos, exámenes serológicos, inoculaciones, biopsias, etc.. Todo lo realizó sin preocuparse por la precariedad de los medios o por lo difícil de las situaciones: desde una punción lumbar en una carpa de un campamento de obreros ferroviarios, hasta una autopsia realizada en el suelo, al aire libre, en una toldería indígena. Se lo podía ver también en villorrios, dando clases o haciendo demostraciones prácticas para uno o dos médicos a fin de interesarlos en el estudio de las endemias rurales.”  
En el año 1942 se contacta con el descubridor de la penicilina, Alexander Fleming, para obtener el cultivo original. Luego del aprendizaje de algunos errores y dificultades, en 1943 la MEPRA logra producir el antibiótico, comprobándose en el exterior que el medicamento hecho en estas tierras era de excelente calidad. Pero, una vez más, el gobierno argentino le dio la espalda sin reconocer la tamaña magnitud de sus investigaciones. Mazza, dicen, contó con “mas reconocimiento en el extranjero que en su propio país”.  
Murió en México en 1946. Allí se encontraba en unas jornadas de actualización sobre el Chagas. A partir de su muerte, la MEPRA sufrió una serie de ataques político-institucionales por los que en 1958, se cerró definitivamente, destruyéndose el valiosísimo material investigativo y documental de la entidad.   
Mazza y sus colaboradores trabajando siempre desde la oscuridad, como la vinchuca, pudieron dar luz, no callar esta enfermedad que desde otros sectores se silenciaba. Salvador Mazza fue no sólo un luchador sino un héroe nacional como tantos otros que permanecen en el anonimato y que pelearon por un país más sano. 
FUENTE: Asociación de Lucha contra el mal de Chagas

viernes, 19 de enero de 2024

La casa de la Virgen María en Efeso

La "Meryemana Evi" en Efeso (Turquía) fué redescubierta en el siglo XIX (gracias a una visión de A. K. Emmerick), la "Casa de la Virgen María" tiene dos habitaciones contiguas. En la mayor, llena de ofrendas cristianas y de velas, se dice la misa mientras que en la segunda en la que penden cintas de seda coloreada, que tienen la misma función de ofrendas, se encuentran alfombras de oración musulmanas.

Se encuentra la casa a 8 km. de Selcuk, en el monte Aladaj, «La casa de la Virgen» estaba hecha de piedras cuadradas, redondas u octogonales y de ladrillos. Anne Catherine Emmerich, estigmatizada y visionaria, anunció que la Virgen habría muerto en Efeso, que su morada se encuentra en una colina, al final de un camino de mulas, frente al mar Egeo y a la isla de Samos. Es gracias a estas revelaciones como se encontraron los cimientos de la casa donde la Virgen vivió sus últimos años y que fue, tras su muerte transformada en capilla.
El santuario de la Virgen se llama Bulbuldag, montaña del ruiseñor. María habría elegido un lugar solitario, porque deseaba vivir sus últimos años apartada y en contemplación. El Nuevo Testamento y los textos apócrifos de los primeros siglos no hablan de la presencia de María en Efeso. Pero se sabe con certeza (lo confirman Ireneo, Policarpo e Hipólito, Policrate, Clemente, Origine.....) que en Efeso vivió Juan. Y al apóstol predilecto, Cristo, en la cruz, antes de morir, le confió a su madre. Por tanto Jesús - dice el Evangelio - al ver a su madre y a su lado al discípulo que amaba, dijo a la madre: ¡Mujer, aquí está tu hijo!. Después dijo al discípulo: ¡Aquí está tu madre!. Y desde aquel momento el discípulo la recibió en su casa. Por tanto, la Virgen podría, razonablemente, haber seguido a Juan hasta Efeso. En favor de esta teoría, está también la presencia, en Efeso, de una basílica de la época constantiniana que estaba dedicada a la Virgen María. En dicha basílica tuvo lugar, en el año 431, el tercer Concilio Ecuménico, que proclamó a la Virgen "Madre de Dios".
El descubrimiento
El descubrimiento tuvo lugar a finales del siglo XIX. El 29 de julio de 1891 dos sacerdotes de la Congregación de la Misión (lazaristas) franceses, los padres Henry Jung y Eugène Poulin, cediendo a las insistentes peticiones de sor Marie de Mandat-Grancey, la superiora de las Hijas de la Caridad, que trabajaban en el hospital francés de Esmirna (Izmir), salieron en busca de la casa de María, teniendo como brújula las visiones de la mística alemana Anna Katharina Emmerick (1774-1824). La religiosa, beatificada por Juan Pablo II el 23 de octubre de 2004, desde su lecho, en un pueblo de Westfalia, en el que transcurrió los últimos doce años de su vida, había recibido las visiones de la vida de Jesús y de la Virgen, recogidas y publicadas después de su muerte por el literato alemán Clemens Brentano. Los dos sacerdotes, antiguos soldados del ejército francés, subieron el Bülbül Dag (que en turco quiere decir «la colina del ruiseñor»), que se eleva por encima de la llanura de Éfeso. Tras muchos esfuerzos y calor, junto a una fuente, encontraron las ruinas de una casa, que daba la impresión de haber sido utilizada como capilla, y que correspondía perfectamente a la descripción de Emmerick. Era el «Panaya üç Kapoulou Monastiri», como lo llamaban los cristianos ortodoxos del lugar, es decir, el «Monasterio de las tres puertas de Panaya, la Toda Santa», a causa de los tres arcos de la fachada.
Esos cristianos griegos, que hablaban turco, acudían al lugar en peregrinación en la octava de la fiesta de la dormición de María, el 15 de agosto. Los sacerdotes hicieron una investigación entre los habitantes del lugar y pudieron confirmar la existencia de una secular devoción que reconocía en la capilla en ruinas el lugar de la última residencia terrena de «Meryem Anas», la Madre María.
Estudios arqueológicos realizados entre 1898 y 1899 sacaron a la luz, entre las ruinas, los restos de una casa del siglo I, así como las ruinas de una pequeña población que se desarrolló alrededor de la casa a partir del siglo VII. El Papa León XIII (1878-1903) se pronunció favorablemente sobre estos descubrimientos, y restableció en el Ordo Romanus una nota que con motivo de la fiesta de la Asunción mencionaba a Éfeso como probable lugar de la dormición de la Virgen.

El santuario «Meryem Ana» ante el que el Papa celebró la misa, al aire libre, fue restaurado en los años cincuenta del siglo pasado con piedras y material del lugar. En estos momentos la atención pastoral ha sido encomendada a los frailes capuchinos. La Casa de María fue visitada por S.S. el Papa Pablo VI en 1967, por Juan Pablo II en 1979 y por Benedicto XVI en noviembre de 2006. Es meta de peregrinaciones de cristianos y también musulmanes, pues María es presentada en el Corán como “la única mujer que no ha sido tocada por el demonio”.

Descripción de los lugares según Anna Catherine Emmerick
« Su casa estaba situada a tres leguas y media de ahí, en la montaña que se veía a la izquierda viniendo de Jerusalén, y que descendía en pendiente suave hacia la ciudad. Cuando se viene del Sur, Efeso parece reunida al pié de la montaña; pero a medida que se avanza, se la ve desplegarse todo alrededor. En medio se ven hileras de arboles magníficos, después estrechos senderos conducen sobre la montaña, cubierta de un verdor agreste. La cumbre presenta una planicie ondulada y fértil de un media legua de contorno: es ahí donde se estableció la Santa Virgen (...)
Antes de conducir a la santa Virgen a Efeso, Juan había hecho construir para ella una casa en ese lugar, donde ya muchas santas mujeres y varias familias cristianas se habían establecido, antes incluso de que la gran persecución estallara. Permanecían en tiendas o en grutas, hechas habitables con la ayuda de algunos entablados. Como se habían utilizado las grutas y otros emplazamientos tal y como la naturaleza los ofrecía, sus habitaciones estaban aisladas, y a menudo alejadas un cuarto de legua unas de otras. Tras la casa de María, la única que era de piedra, la montaña no ofrecía hasta la cumbre, más que una masa de rocas desde donde se veía, más allá de las copas de los arboles, la villa de Efeso y el mar con sus numerosas islas (...)
La casa de María era cuadrada, solamente la parte posterior estaba redondeada; las ventanas estaban situadas en lo alto de las paredes y el tejado era plano. Estaba dividida en dos partes por el hogar, situado en el centro ...»
Fuente: