viernes, 19 de enero de 2024

La casa de la Virgen María en Efeso

La "Meryemana Evi" en Efeso (Turquía) fué redescubierta en el siglo XIX (gracias a una visión de A. K. Emmerick), la "Casa de la Virgen María" tiene dos habitaciones contiguas. En la mayor, llena de ofrendas cristianas y de velas, se dice la misa mientras que en la segunda en la que penden cintas de seda coloreada, que tienen la misma función de ofrendas, se encuentran alfombras de oración musulmanas.

Se encuentra la casa a 8 km. de Selcuk, en el monte Aladaj, «La casa de la Virgen» estaba hecha de piedras cuadradas, redondas u octogonales y de ladrillos. Anne Catherine Emmerich, estigmatizada y visionaria, anunció que la Virgen habría muerto en Efeso, que su morada se encuentra en una colina, al final de un camino de mulas, frente al mar Egeo y a la isla de Samos. Es gracias a estas revelaciones como se encontraron los cimientos de la casa donde la Virgen vivió sus últimos años y que fue, tras su muerte transformada en capilla.
El santuario de la Virgen se llama Bulbuldag, montaña del ruiseñor. María habría elegido un lugar solitario, porque deseaba vivir sus últimos años apartada y en contemplación. El Nuevo Testamento y los textos apócrifos de los primeros siglos no hablan de la presencia de María en Efeso. Pero se sabe con certeza (lo confirman Ireneo, Policarpo e Hipólito, Policrate, Clemente, Origine.....) que en Efeso vivió Juan. Y al apóstol predilecto, Cristo, en la cruz, antes de morir, le confió a su madre. Por tanto Jesús - dice el Evangelio - al ver a su madre y a su lado al discípulo que amaba, dijo a la madre: ¡Mujer, aquí está tu hijo!. Después dijo al discípulo: ¡Aquí está tu madre!. Y desde aquel momento el discípulo la recibió en su casa. Por tanto, la Virgen podría, razonablemente, haber seguido a Juan hasta Efeso. En favor de esta teoría, está también la presencia, en Efeso, de una basílica de la época constantiniana que estaba dedicada a la Virgen María. En dicha basílica tuvo lugar, en el año 431, el tercer Concilio Ecuménico, que proclamó a la Virgen "Madre de Dios".
El descubrimiento
El descubrimiento tuvo lugar a finales del siglo XIX. El 29 de julio de 1891 dos sacerdotes de la Congregación de la Misión (lazaristas) franceses, los padres Henry Jung y Eugène Poulin, cediendo a las insistentes peticiones de sor Marie de Mandat-Grancey, la superiora de las Hijas de la Caridad, que trabajaban en el hospital francés de Esmirna (Izmir), salieron en busca de la casa de María, teniendo como brújula las visiones de la mística alemana Anna Katharina Emmerick (1774-1824). La religiosa, beatificada por Juan Pablo II el 23 de octubre de 2004, desde su lecho, en un pueblo de Westfalia, en el que transcurrió los últimos doce años de su vida, había recibido las visiones de la vida de Jesús y de la Virgen, recogidas y publicadas después de su muerte por el literato alemán Clemens Brentano. Los dos sacerdotes, antiguos soldados del ejército francés, subieron el Bülbül Dag (que en turco quiere decir «la colina del ruiseñor»), que se eleva por encima de la llanura de Éfeso. Tras muchos esfuerzos y calor, junto a una fuente, encontraron las ruinas de una casa, que daba la impresión de haber sido utilizada como capilla, y que correspondía perfectamente a la descripción de Emmerick. Era el «Panaya üç Kapoulou Monastiri», como lo llamaban los cristianos ortodoxos del lugar, es decir, el «Monasterio de las tres puertas de Panaya, la Toda Santa», a causa de los tres arcos de la fachada.
Esos cristianos griegos, que hablaban turco, acudían al lugar en peregrinación en la octava de la fiesta de la dormición de María, el 15 de agosto. Los sacerdotes hicieron una investigación entre los habitantes del lugar y pudieron confirmar la existencia de una secular devoción que reconocía en la capilla en ruinas el lugar de la última residencia terrena de «Meryem Anas», la Madre María.
Estudios arqueológicos realizados entre 1898 y 1899 sacaron a la luz, entre las ruinas, los restos de una casa del siglo I, así como las ruinas de una pequeña población que se desarrolló alrededor de la casa a partir del siglo VII. El Papa León XIII (1878-1903) se pronunció favorablemente sobre estos descubrimientos, y restableció en el Ordo Romanus una nota que con motivo de la fiesta de la Asunción mencionaba a Éfeso como probable lugar de la dormición de la Virgen.

El santuario «Meryem Ana» ante el que el Papa celebró la misa, al aire libre, fue restaurado en los años cincuenta del siglo pasado con piedras y material del lugar. En estos momentos la atención pastoral ha sido encomendada a los frailes capuchinos. La Casa de María fue visitada por S.S. el Papa Pablo VI en 1967, por Juan Pablo II en 1979 y por Benedicto XVI en noviembre de 2006. Es meta de peregrinaciones de cristianos y también musulmanes, pues María es presentada en el Corán como “la única mujer que no ha sido tocada por el demonio”.

Descripción de los lugares según Anna Catherine Emmerick
« Su casa estaba situada a tres leguas y media de ahí, en la montaña que se veía a la izquierda viniendo de Jerusalén, y que descendía en pendiente suave hacia la ciudad. Cuando se viene del Sur, Efeso parece reunida al pié de la montaña; pero a medida que se avanza, se la ve desplegarse todo alrededor. En medio se ven hileras de arboles magníficos, después estrechos senderos conducen sobre la montaña, cubierta de un verdor agreste. La cumbre presenta una planicie ondulada y fértil de un media legua de contorno: es ahí donde se estableció la Santa Virgen (...)
Antes de conducir a la santa Virgen a Efeso, Juan había hecho construir para ella una casa en ese lugar, donde ya muchas santas mujeres y varias familias cristianas se habían establecido, antes incluso de que la gran persecución estallara. Permanecían en tiendas o en grutas, hechas habitables con la ayuda de algunos entablados. Como se habían utilizado las grutas y otros emplazamientos tal y como la naturaleza los ofrecía, sus habitaciones estaban aisladas, y a menudo alejadas un cuarto de legua unas de otras. Tras la casa de María, la única que era de piedra, la montaña no ofrecía hasta la cumbre, más que una masa de rocas desde donde se veía, más allá de las copas de los arboles, la villa de Efeso y el mar con sus numerosas islas (...)
La casa de María era cuadrada, solamente la parte posterior estaba redondeada; las ventanas estaban situadas en lo alto de las paredes y el tejado era plano. Estaba dividida en dos partes por el hogar, situado en el centro ...»
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1 comentario:

Unknown dijo...

Increíble, hermoso ,sublime...
y en verdad se escucha , en esa paz que rodea el lugar... el canto armonioso de los ruiseñores...