domingo, 23 de diciembre de 2012

La escuela orquesta de Barrio Ludueña


Desde el año 2005, en la Escuela Nº 1027 Luisa Mora de Olguín de barrio Ludueña en la ciudad de Rosario (Argentina), un grupo de docentes luchan contra la marginalidad y la desigualdad, mediante la enseñanza de varios talleres de música; logrando conformar una orquesta en la que participan un centenar de chicos de una de las zonas más castigadas de la ciudad.

Donde el asfalto termina  en la calle Humberto Primo al 2400, corazón de Ludueña, los sonidos del ferrocarril  empiezan a combinarse con el dulce trinar de los violines. En este lugar, la música trae la esperanza y la posibilidad de sentir que el futuro no es  inalcanzable.

Este humilde establecimiento más conocido en el barrio como “la escuelita Salesiana del padre Edgardo Montaldo”, apostó a los niños de su comunidad y confió en el proyecto de la docente de música Derna Isla: conformar una orquesta  escuela.

La Escuela Orquesta en uno de sus recitales 

“Empezamos este trabajo en el 2001 en el barrio República de la Sexta, pero no prosperó. En ese momento, comencé a visitar varios establecimientos de la ciudad de Rosario y así fue, como nos abrieron las puertas de  la escuela Luisa Mora de Olguín, en la que desempeñamos este trabajo desde el 2005”,  y agrega: “Fueron muy predispuestos, en lo humano sobre todo. Vimos que había mucho compromiso del personal docente, también quiero destacar la libertad que nos dieron para trabajar desde el primer día que trajimos el ofrecimiento”, concluye.

Derna Isla con uno de sus alumnos

Los salesianos dieron el visto bueno a la propuesta y la profesora Derna Isla decidió  acercase a una reunión de Presupuesto Participativo y proponer a las autoridades del Distrito Noreste la posibilidad de que el proyecto participara de la votación. En ese momento  se presentaron más de sesenta ofertas  distintas, además de la ya mencionada, que incluían: barrido, bacheo e iluminación, entre otras. La escuela obtuvo el quinto lugar con un importante caudal de votos por parte de los participantes de la asamblea de vecinos. No obstante, antes de obtener este subsidio, la orquesta ya funcionaba con tres talleres (viola, violín, violonchelo) y se solventaba con un pequeño subsidio de ochocientos pesos otorgado por el municipio, que se repartía entre las tres docentes que dictaban los cursos. En el 2005 contaban con pocos instrumentos que provenían de donaciones de empresas y particulares. Este es el caso de un violín que fue dejado en la escuela por una persona que no quiso brindar demasiados datos. “Lo único que sabemos es que lo donó  un señor de San Lorenzo, no tenemos más datos que esos, cuando vino no quiso decir ni siquiera  su nombre”, afirma Fernanda Sosa, docente y educadora. Más tarde, mediante el Presupuesto Participativo 2006, pudieron ampliar su caudal instrumental, sumando instrumentos de percusión y dos contrabajos. Hoy, el  presupuesto cubre/ solventa: el pago de los docentes, la movilidad de la orquesta, las meriendas y lo más trascendental, un seguro de niños y adultos; requisito sumamente importante para poder funcionar.

“Algo muy significativo para destacar que después de varias charlas con la diputada Mónica Fein (actual intendenta de Rosario) se comprometió a la donación de dos cornos lo que es sumamente gratificante para todos nosotros”, agrega la profesora Isla.
La escuela orquesta funciona en contra turno a las actividades curriculares y está coordinada por el maestro de grado o educador el cual se mueve como tutor de los chicos y es quien está más en contacto con los papás. En este momento, la institución posee nueve talleres por la tarde y tres talleres por la mañana, divididos en seis módulos de dos clases por alumno. Ellos son: de filas de instrumentos, cámara en la que se juntan con otros chicos en grupos reducidos, audioperceptiva, en el que aprenden lenguaje musical  y por último, el ensayo general con los niños que están en condiciones de tocar el repertorio. El mismo es propuesto por los docentes y quien está a cargo de las clases de audioperceptiva y se encarga con más precisión de este tema es la profesora Cecilia Giraudo quien afirma que: “Realmente a los chicos les interesa el folclore más que nada. Esperábamos que en algún momento propongan otro tipo de música, pero aceptan el repertorio amablemente. En sus hogares, una de las cosas que se escucha es folclore sobre todo chámame y a veces, surge una que otra cumbia, pero no es lo más común”. La mayoría de estos chicos no vienen de familias en donde la música sea algo importante, en algunas suele haber instrumentos  de papás o hermanos que podrían denominarse músicos autodidactas.

En muchos casos, algunos chicos llegan a la escuela sin saber lo qué es una orquesta. “Una de las historias que quiero remarcar es que algunos chicos conocieron determinados instrumentos en este lugar, como el caso del violonchelo que si no fuera por venir acá las posibilidades de saber cómo es este instrumento son  muy escasas”, comenta Giraudo.
Para las docentes cada chico es un  gran músico y lo importante no es cuan bueno pueda ser con  su instrumento. Lo más valedero, es que sean buenas personas. El instrumento pasa a ser, en este caso, un pretexto para vincular a los chicos con una herramienta que los haga sentirse capaces de cumplir con un objetivo:

“Lo que se veía muy comúnmente acá es que los chicos no tenían sueños. Cuando les preguntabas que querían ser de grandes no había respuestas. La aparición de la orquesta cambió las expectativas no sólo de los chicos sino también, de los padres. Hoy tienen deseos y eso me llena de alegría”, se emociona Fernanda Sosa.

El hecho que los chicos puedan ver que existen otras cosas, de conocer lugares y de abrirles el camino es un compromiso incesante de estas educadoras que cuentan que los niños agradecen la posibilidad de conocer diversos teatros y lugares, que de otra forma hubiesen sido inalcanzables.

“Una linda anécdota es cuando fuimos a teatro el Círculo y una de las abuelas, imaginó conmovida, el momento en el que su nieto tocase ahí. Era emocionante ver las caras de los familiares al contemplar un teatro tan imponente”, relata  la Directora General Gloria Machado.

Uno de los testimonios que cala en lo más hondo de los corazones, es como mediante la
orquesta los pequeños y sus padres sienten la necesidad de juntarse, agruparse y trabajar por el bien común de todos ellos. Es, realmente, reconfortante escuchar relatos sobre  instrumentos comprados por los papás  con enorme esfuerzo como: vendiendo huevos, planchando por horas e incluso, cartoneando.

“Es increíble lo contentos que se ponen cuando tienen su instrumento. El otro día una de
las nenas vino emocionada a mostrarme el violín que le había traído Papa Noel. Era enorme la algarabía de la chiquita cuando nos relataba la situación y como había llegado el instrumento a su casa” menciona su Directora General Gloria Machado.

Muchos casos han trascendido los muros de la escuela y resuenan en otras formaciones y orquestas. Este es el caso de Mara Torres, profesora de percusión, que en muchos
casos tuvo la grata satisfacción de compartir escenario con sus alumnos fuera de la estructura de la orquesta de Ludueña: “Yo formo parte de la Orquesta Juvenil de la Escuela Municipal de Música y en muchas ocasiones, participaron algunos de mis alumnos. Uno de estos chicos, tocó con nosotros en el teatro Príncipe de Asturias el año pasado. Si bien acá es mi alumno, en la otra orquesta deja de serlo para pasar a ser un compañero mas”.

En un barrio tan cercano a la zona céntrica de la ciudad de Rosario, pero tan alejado de esa misma realidad urbana. Lugar, en donde el barro es parte del paisaje y la falta de
recursos una pregunta diaria.
Existe gente que cree en lo imposible y hace que estos niños, estos violines de Becho sientan amor por algo. En los dedos de estos niños parecen resonar las palabras de Zitarrosa: 

“Becho tiene un violín que no ama, 
pero siente que el violín lo llama; 
por la noche como arrepentido, 
vuelve a amar ese triste sonido”.


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lunes, 26 de noviembre de 2012

Un argentino, elegido en EEUU como mejor enólogo del mundo

El mendocino Jorge Riccitelli, de 63 años, fue galardonado con el Premio al "Mejor Enólogo del Mundo 2012" por la prestigiosa revista especializada estadounidense Wine Enthusiast, lo que lo convierte en el primer latinoamericano en acceder a esa calificación.

Jorge Riccitelli, de 63 años, trabaja en la bodega Norton

Ricitelli, jefe de enología por más de 20 años de Bodegas Norton, fue premiado en la 13ª edición de Wine Enthusiast en una competencia en la que participaron winemakers de renombre mundial.
El especialista cuyano superó, en votación unánime de los jurados, a otros enólogos de la talla de Charles Smith, de Walla Walla Valley (Washington, Estados Unidos); Marcos Eguren, de Rioja (España); Phillippe Melka, de Napa Valley (California, EEUU); y Vanya Cullen, de Margaret River (Western, Australia).
Riccitelli, nacido en Rivadavia, a 60 kilómetros al este de la capital provincial, vivió durante su infancia frente a la desaparecida Bodega Gargantini, donde su bisabuelo, su abuelo y su padre trabajaron como operarios.
Tras recibirse como licenciado en Enología, comenzó a trabajar en esa bodega. Luego pasó a Etchart, en Salta, y desde hace más de 20 años recaló en Norton.
En diálogo con Télam, el ahora mejor enólogo del mundo sostuvo: "Siento un orgullo total, es la coronación de una carrera, aunque todavía me falta mucho carretel. Es como ponerle una coronita a varios años de trabajo y de dedicación".
"Que me hayan nominado fue una alegría enorme -aseguró-. Nunca pensamos que íbamos a ganar. Y no creíamos que podíamos tener chances. Los otros nominados están geográficamente cerca, en cambio a nosotros nos visitan una vez al año".
El especialista contó: "A Mendoza vino una enóloga de Francia que nos decía que los otros enólogos que competían conmigo eran unos monstruos, que el francés es una estrella, que el español y el australiano son tipos de mucho nombre. Y los jurados que votaron me eligieron por unanimidad".
Con humildad, Riccitelli dijo: "Esta historia del premio no es sólo para mí. Es un reconocimiento a todos los enólogos de la Argentina. Siempre se habló del Malbec argentino, de las bodegas de acá, pero no se hablaba de las personas que están atrás de los vinos. ¡Esta es la primera vez que aparece un argentino premiado por los vinos que nuestro país pone en el mercado mundial!".
"Esta es una ventana que se nos abre a la Argentina para la enología. Y la tenemos que aprovechar", añadió.
A renglón seguido sostuvo: "Cuando hablan de Argentina, hablan del Malbec, hablan de Mendoza, pero recién ahora empiezan a hablar de las personas que estamos atrás de los vinos, que somos los enólogos, o los ingenieros agrónomos, o el capataz de la bodega, o el obrero".
"Ahora empiezan a hablar de la gente, y eso es lo que queremos como una forma de mostrar la diferencia; que se hable de la gente. Y por supuesto, el reconocimiento a todos mis colegas enólogos, que los quiero mucho, y son todos mis compañeros que me han permitido crecer en esta historia", sostuvo Ricitelli. Sobre los atributos que debe tener un enólogo a la hora de hacer un gran vino, recalcó: "La memoria. Puedo discrepar con varios, pero la memoria es fundamental. Saber dónde encontramos la calidad, y cómo la encontramos, en qué situación, en qué temperatura, en qué lugar de la bodega, dónde está el vino. Degustar y tener memoria. Y definir «ese es el que me gusta». Y entonces todo lo que haga tiene que parecerse a ese". En relación al protagonismo que tomaron últimamente los enólogos, Riccitelli dijo: "No hay que ser muy mediático, hay que laburar. Me siento medio incómodo con esto de las notas".
"Pero hay que participar en las degustaciones. Tenemos que ver a la gente. Hay que acercarse a los turistas que vienen a las bodegas. Hay que atender al periodismo que habla de vinos. Es importante, y ahí está el crecimiento. Pero yo termino esta nota y me voy a seguir laburando", concluyó.

Fuente: Diario LA CAPITAL
http://www.lacapital.com.ar/informacion-gral/Un-argentino-elegido-en-EEUU-como-mejor-enologo-del-mundo--20121126-0008.html



domingo, 11 de noviembre de 2012

El proyecto Biblioburro: una biblioteca ambulante a lomo de burro

El profesor Luis Soriano es colombiano y enseña a leer a los chicos en zonas rurales y lejanas del norte de su país. Es el fundador del proyecto Biblioburro, una experiencia que comenzó en los valles del Caribe colombiano y que se expandió a varias partes del mundo tratando de llevar la lectura a lomo de burro a aquellos establecimientos educativos alejados del asfalto.
 

Soriano nació un 6 de junio de hace 42 años en Valledupar, capital del departamento del Cesar, en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta. Casi toda su vida vivió en el corregimiento de La Gloria, está casado con Diana Arias y tiene 3 hijos, de 15, 12 y 7 años. Su pasión fue siempre leer y estudió castellano y literatura a distancia en la Universidad del Magdalena. Además realizó seminarios sobre educación y su impacto en la sociedad.

Para Soriano, la creación del Biblioburro fue una cuestión de urgencia y solidaridad."Biblioburro nació en 1997 de la necesidad que había en La Gloria Magdalena y en varias veredas (divisiones territoriales rurales de un municipio) en las cuales no había suficientes escuelas ni tampoco docentes. Los niños se estaban quedando literalmente analfabetos y eso me tenía un poco preocupado. Yo tenía varios libros y quería compartirlos con ellos, así que una mañana tomé dos burros que tenía en casa sin hacer nada, les puse anaqueles y me lancé a la gran aventura que yo mismo bauticé Biblioburro. Alfa es la burrita y Beto mi burro. Hoy en día cuento con más de 8.000 libros".

Casi sin pausa explica que su lema siempre ha sido "si no hay escuelas ni docentes tenemos que llevarlas entonces, así sea en lomo de burro, lo importante es culturizar a las personas y que puedan aprender a través de los libros". Novelas, cuentos, libros de historia, enciclopedias, textos médicos y diccionarios forman parte de esta biblioteca ambulante que llega a más de 30 localidades en el año y con el que se ven beneficiados cerca de 3.000 chicos de la región montañosa del norte colombiano .

Explica que los comienzos fueron duros porque muchos lo trataban de loco. El proyecto incluso preocupó a su familia. "Es que recorría zonas peligrosas en ese tiempo debido a la presencia de paramilitares. Las zonas en las que trabajaba eran recónditas, alejadas de la tecnología y que ni siquiera aparecen en el mapa de Colombia. Todavía las visito y se han conseguido cosas buenas", detalla.

Acerca de su metodología de trabajo con los niños en edad escolar, Soriano cuenta que "manejo una listado de veredas y sitios que visito. Obviamente no me alcanza un día, así que agendo las visitas con fechas y luego empiezo el recorrido. A cada vereda que voy debo estar preparado y en sintonía con los temas que están dando, es decir saber qué material de trabajo llevo, que puede ser desde un libro de cuentos hasta una enciclopedia".

Con un buen café. "Selecciono los libros y los monto a los burros, me tomo un buen café con mi desayuno y empiezo la travesía, que puede durar 8 horas entre ida y vuelta. Los niños se ponen felices cuando me ven con los burros, se alegran mucho. Me siento con ellos y yo les leo, o leemos juntos. Es algo maravilloso".

El proyecto de Soriano trascendió las fronteras y fue invitado a dar charlas y comentar su experiencia en numerosos países. "No esperaba que esta experiencia tuviera tanta repercusión internacional. He estado en Ecuador, Chile, Timor del Este y dentro de poco iré a España. Me invitan para compartir la experiencia del Biblioburro y el impacto que ha tenido. La idea es que en lo posible se pueda seguir replicando y que sea de gran ayuda en la parte académica. Sé que en Chile y Bolivia hay Bibliollamas, en Italia hay un Biblioburro llamado Serafino, también en Brasil, en Timor del Este, en la India y en varios países más. Esto es muy alentador", detalla y se entusiasma.

Soriano asegura que, sobre todo en las ciudades, los niños han dejado de leer y que han volcado su interés a la tecnología, de allí que considere prioritario "culturizar" a la gente acerca de la importancia de los libros y el bien que estos hacen al conocimiento.

"Ahora, junto con la Fundación Biblioburro, que aborda la problemática del analfabetismo, estimulando la lectura y la educación en los sectores rurales y comunidades del Caribe colombiano con riesgo de vulnerabilidad, estamos trabajando en un proyecto llamado Biblioburro Digital. La idea es fortalecer el programa con la ayuda de la computadora, programas educativos, proyectores, la memoria USB, cine al campo, pero mis alumnos entienden que usan una herramienta, no que cambiarán los libros por tecnología. Esto es algo que hacemos con esfuerzos muy grandes".

El libro que le robaron los paramilitares

"En uno de mis viajes me detuvieron los paramilitares, junto con mis burros. Me preguntaron muchas cosas, quizás pensaron que mi trabajo no era el correcto, o que era sospechoso pero luego entendieron la importancia del mismo. Después, uno de los guerrilleros tomó un libro de Paulo Coelho, se lo llevó y no me lo regresó. A los pocos minutos me soltaron. Espero que ese libro le haya servido de mucho a ese hombre".

Gina, un ejemplo

"Hay una niña en mi proyecto llamada Gina. Cuando la conocí no sabía leer ni escribir. Por medio del programa de alfabetización lo consiguió. Hace un tiempo ella misma le enseñó a leer y a escribir a sus padres y hermanos y dice que cuando sea grande será docente. Es una muy buena noticia".

Los amores de Beto

"Muchas veces he pasado momentos duros porque Beto mi burro cuando ve burras de otras veredas se emociona tanto que muchas veces me tengo que bajar rápido para no pasar un mal rato. Deja caer todos los libros y a mí me toca recogerlos uno a uno y volverlos a subir. A pesar de todo nos entendemos bien. En cambio Alfa, mi burra, es tranquila y trabajadora".

Accidente

Hace dos años, Soriano tuvo un accidente que derivó en la amputación del tercio medio de su pierna izquierda en junio pasado. Hoy, una prótesis de polietileno de alta densidad le permite realizar su tarea.

Hace dos años, Luis se dirigía a una de sus habituales travesías por el monte cuando Beto, su burro, salió disparado. "Estaba cortejando a una burrita, corrió y cuando intenté detenerlo me caí. Y el cayó sobre mi pierna izquierda. Se produjo una herida que no cicatrizó bien y una bacteria infectó el hueso. Tuvieron que amputar", contó.

"Siempre tuve claro que mi proyecto iba a continuar, era doloroso el asunto. Pero lo tomé con serenidad, me puse en manos de Dios y aquí estoy, siempre hacia delante", expresa con una calma que se percibe en su decir.

 

Mario Candioti

FUENTE: Diario LA CAPITAL



http://www.lacapital.com.ar/informacion-gral/La-historia-del-educador-que-lleva-una-biblioteca-ambulante-a-lomo-de-burro-20121111-0010.html

martes, 9 de octubre de 2012

Esteban Laureano Maradona, una vida ejemplar



" ..Vuelvo con las manos vacías, todo lo he dado.
Luz de las estrellas para alumbrar el camino.
Mi corazón humilde se lo ofrecí al destino.
Regreso pobre de amor, de ensueños y de esperanzas.
Una carga de lágrimas sólo he traido,
un dolor puro y santo como un niño dormido…

Dr. Esteban L. Maradona

Maradona nació en Esperanza (Santa Fe) el 4 de julio de 1895. Descendía, por parte de su padre, de una familia gallega que llegó al país procedente de Chile en la época colonial, en los días inmediatos a cuando Juan Jufré fundó la ciudad de San Juan. En esta ciudad se radicó la familia Maradona, que a través de los años, durante la dominación española primero, dio funcionarios de relevancia, y figuras de talla histórica luego, en los albores de nuestra nacionalidad. Un Maradona fue Alférez Real bajo los Borbones y apenas producida la Revolución de Mayo diputado por San Juan a la Junta Grande de 1810/1811. Sobre esta familia (originariamente Fernández de Maradona) hay referencias en varios libros de historia lugareña, entre ellos, "Recuerdos de Provincia" de Sarmiento.

En la segunda mitad del siglo XIX, uno de sus miembros, Waldino Maradona, siendo jovencito emigró de su terruño, hizo alto en Rosario y en seguida comenzó a ejercer la docencia particular por los campos de los entonces incipientes pueblos del sur de Santa Fe. Un día fue llamado para enseñar las primeras letras en la estancia "Los Aromos" cerca de Barrancas, perteneciente a Esteban Villalba, un criollo santiagueño y a Agustina Sosa, bonaerense, de los pagos de Azul. Allí conoció a una hija de éstos, Petrona de la Encarnación Villalba, que era también apenas una jovencita, y con ella contrajo enlace en 1875.
Waldino y Petrona de la Encarnación fueron los progenitores de una familia numerosa, y uno de sus hijos fue Esteban Laureano. Éste nació en Esperanza porque su padre - hombre múltiple, como muchos de los de aquellos años -, además de maestro fue coronel de guardias nacionales, periodista, productor rural y, sobre todo, político. Esta última actividad lo llevó a cambiar varias veces de domicilio, conforme las necesidades y conveniencias de su militancia y de su Partido. Fue amigo de Sarmiento -que visitaba su casa- y de Nicasio Oroño, entre otros.

Esteban Laureano, de muy niño fue llevado a la estancia "Los Aromos", junto a sus hermanos, y allí, con ellos y sus padres, en contacto íntimo con la naturaleza, pasó los mejores días de su vida. Siendo ya muy anciano, todavía los recordaba con romántica nostalgia: la música del piano que ejecutaban sus hermanas mayores, la hermosura y la fragancia de las flores, el canto contagiosamente alegre de los pájaros y la mansedumbre del río Coronda, que pasaba junto a la casa como una cinta interminable. Sin embargo, antes de entrar en la adolescencia, se vio obligado a dejar su paraíso, pues la familia se trasladó a vivir a Buenos Aires. En ella se recibió de médico dos décadas después, en 1928.

Se instaló unos meses en la Capital Federal y luego en Resistencia, capital del entonces Territorio Nacional del Chaco. Estaba allí en 1930, cuando una revolución depuso al presidente Hipólito Yrigoyen. Él nunca había sido yrigoyenista -por el contrario, cuando estaba cursando la carrera de medicina, fue candidato a diputado nacional por el "Partido Unitario", de vida efímera-, pero interpretó que era su deber como ciudadano defender la democracia y el gobierno constitucional; y lo hizo por medio de ardientes conferencias pronunciadas en las plazas públicas. Debido a ello fue perseguido y molestado. Entonces emigró al Paraguay, y ofreció sus servicios para desempeñarse como médico en la "Guerra del Chaco" -sostenida entre Bolivia y Paraguay, y que acababa de estallar-. Se lo incorporó en la Armada y estuvo contento de que se le confiaran enfermos y heridos de los dos países, pues según sus palabras, "el dolor no tiene fronteras".

Terminada la guerra, volvió a la Argentina, a pesar de que el gobierno paraguayo le pidió que se quedara, pues era muy apreciado y había cumplido abnegadamente con su misión. Empezó siendo aceptado como un simple camillero y tres años después era Director del Hospital Naval.
Había proyectado las etapas de su viaje: regresaría a su país en barco, hasta Formosa, y allí tomaría el tren que pasaba por Salta, Jujuy y Tucumán; en esta ciudad visitaría a un hermano, que era intendente; después llegaría a Buenos Aires, donde vivía su madre. Empezó a realizarlo. Un grupo numeroso de amistades, en testimonio de afecto, concurrió al puerto de Asunción cuando se embarcó. Hubo lágrimas, signo seguro de emociones profundas. A la tardecita arribó a Formosa. Allí permaneció unos días, hasta que resolvió continuar el trayecto.




Era el 2 de noviembre de 1935. La cristiandad conmemoraba el día de sus Fieles Difuntos. Maradona vio que unas mujeres subían al tren con ramilletes de flores artificiales, como se usaban en la zona, por imposición de un sol abrasador: seguramente iban a visitar el pequeño camposanto de alguno de los pueblecitos de la línea.

El tren partió de Formosa al despuntar la aurora, rumbo a Embarcación, donde se hacía el trasbordo, y en seguida se internó en el monte. Pocas horas después comenzó a notarse que el día iba a ser de intenso calor. A la media tarde, a través de abras y arboledas, Maradona seguía su viaje según lo previsto, sin demoras ni sorpresas. Todo aparentaba, todavía, continuar su rutina.
Pero al llegar a la pequeña localidad de Estanislao del Campo, ocurrió un episodio muy difundido en nuestro tiempo por la prensa, y que lo retendría por muchos años. Una joven parturienta estaba desde hacía tres días sin poder alumbrar y muy próxima a la muerte. Al saberse que en el tren viajaba un médico, se le requirió para que la atendiera, y él logró salvar a la madre y a la niña. Pero el tren siguió su camino. El próximo pasaba a los tres o cuatro días.

En ese intervalo, la gente del lugar y de los campos vecinos acudió a hacerse asistir, y todos le pidieron insistentemente que se quedara, ya que no había ningún médico en muchas leguas a la redonda.
Convencido de que lo necesitaban, decidió quedarse a vivir en ese paraje que aspiraba a ser pueblo y permaneció allí 51 años. Curó a todos los que llegaron hasta él, sin importarle ningún tipo de retribución.
Fue, preferentemente, el médico de los pobres y de los aborígenes.

En los dos años que pasó en Resistencia había tenido ocasión de tomar contacto con algunos aborígenes, que poblaban un barrio marginal de esa ciudad. Pero el interés que éstos podían suscitar era relativo, pues su primigenio modo de vida ya había empezado a experimentar modificaciones, como consecuencia de los cambios impuestos por los pueblos que los invadieron con éxito y se adueñaron de sus dominios. Ahora, en Estanislao del Campo, iba a tener oportunidad de conocerlos en su ambiente histórico y en su estado natural, exentos de pautas culturales extrañas.

Justamente, a poco de vivir allí, vio aparecer a los aborígenes de las cercanías. Llegaban de cuando en cuando a los comercios y viviendas de los límites del poblado, ofreciendo canjear plumas de avestruces, arcos, flechas y otras artesanías por alguna ropa o alimento que necesitaban. Eran tribus de tobas y de pilagás. Habían sido soberanos en esos montes; pero ahora deambulaban por ellos como espectros en fuga: derrotados, miserables, desnutridos, enfermos y heridos de muerte por las invasiones extranjeras, que los castigaron sin razón ni piedad.

Se conmovió hasta los más profundo de su ser cuando advirtió la desventura que flagelaba el espíritu y el cuerpo de esos semejantes, y entendió que era su obligación moral aportar algún esfuerzo que contribuyera a beneficiarlos. En cumplimiento de esa demanda que sintió avasallante, sin hesitación alguna pero con absoluta serenidad, resolvió en el momento intervenir como protagonista. Fue al encuentro de los nativos y habló amablemente con algunos de ellos. No lo aceptaron enseguida; le tuvieron recelo, porque a través del tiempo otros blancos se les habían acercado, pero para engañarlos, explotarlos y maltratarlos. Él, insistiendo en su propósito, se ofreció para asistirlos como médico. Unos pocos, aunque con tibieza, accedieron,, y con ello le dieron pie para que concurriera a las tolderías.

Tuvo al principio muchas dificultades con los curanderos de las tribus, a quienes su ciencia desplazaba, y corrió, por esa causa, hasta riesgos físicos. Pero su bondad, su amor y su desinterés, se impusieron al fin. Y logró entablar amistad con algunos caciques, que aceptaron su colaboración y facilitaron su tarea.
Debe resaltarse que fue entonces cuando este hombre demostró toda la riqueza espiritual que lo animaba, ya que su empeñosa y abnegada labor por mejorar la suerte y condición de esos grupos de aborígenes, constituye uno de los hitos más importantes en el historial de su obra filantrópica. En efecto, no se circunscribió solamente a la asistencia sanitaria; conviviendo con ellos, se interiorizó de las múltiples necesidades que padecían y trató de ayudarlos también en todos los aspectos que pudo: económicos, culturales, humanos y sociales.

En ese cometido, realizó gestiones ante el Gobierno del Territorio Nacional de Formosa y obtuvo que se les adjudicara una fracción de tierras fiscales. Allí, reuniendo a cerca de cuatrocientos naturales, fundó con éstos una Colonia Aborigen, a la que bautizó "Juan Bautista Alberdi", en homenaje al autor de "Las Bases . . .", colonia que fue oficializada en 1948. Les enseñó algunas faenas agrícolas, especialmente a cultivar el algodón, a cocer ladrillos y a construir sencillos edificios. A la vez, los atendía sanitariamente, todo, por supuesto, de manera gratuita y benéfica, hasta el extremo de invertir su propio dinero para comprarles arados y semillas. Cuando edificaron la Escuela, enseñó como maestro durante tres años, hasta que llegó un docente nombrado por el gobierno.

Además de esas tareas filantrópicas, Maradona, que era un apasionado de las ciencias naturales, realizaba investigaciones sobre la gea, la flora y la fauna del lugar y anotaba sus observaciones, sus impresiones y sus ideas. Escribió muchos libros, en su mayor parte todavía inéditos. Entre ellos podemos mencionar "A través de la selva", "Recuerdos campesinos", "Historia de la ganadería argentina", "Plantas cauchígenas", "Una planta providencial", (el yacón), "Vocabulario Toba pilagá", "La ciudad muerta" (historia de los primeros días de la ciudad de Concepción del Bermejo"), "Páginas sueltas" (recopilación periodística), "Historia de los Obreros de las Ciencias Naturales (de Botánica y Zoología Americanas)", "Dendrología", y varios más.

En 1981 un jurado compuesto por representantes de organismos oficiales, de entidades médicas y de laboratorios medicinales, lo distinguió con el premio al "Médico Rural Iberoamericano". El mérito que conlleva el galardón lo hizo trascender al ámbito del conocimiento público. Había trabajado muchos años en silencio, sin ninguna pretensión ni ansia de nombradía, cumpliendo con lo que consideraba sólo obligación hipocrática y humana, y repentinamente se encontró con que su nombre había echado a andar por varios países, vinculado a una vida que parecía pertenecer a un pasado lejano y que adquiría en la mentalidad de los pueblos contornos legendarios. Y así era.

A principios de junio de 1986 - cuando ya desbordaba los 91 años - se enfermó. Entonces un sobrino que reside en Rosario, el doctor José Ignacio Maradona y su esposa Amelia, lo hicieron traer para que lo asistiesen y se quedara a vivir con su familia. Cuando lo conducían pidió que no lo llevaran a un nosocomio privado; quería que lo internaran en un hospital público, "adonde va la gente pobre". Accediendo a sus deseos se lo internó en el Hospital Provincial.

Los medios de difusión, publicaron el regreso del filántropo, enfermo, envejecido y pobre, pero aureolado de gloria. La noticia conmovió los corazones de muchos de sus comprovincianos, que concurrieron al Hospital para conocerlo y saludarlo. Ya de alta, fue llevado a la casa de su sobrino.
Mientras vivió en ésta, recibió muchos homenajes más: "Miembro de la Sociedad de Médicos Escritores", con sede en París; "Premio Florián Paucke", de la Provincia de Santa Fe; "Premio Estrella de Medicina para la Paz", de las Naciones Unidas; "Doctor Honoris Causa", de la Universidad de Rosario. También fue propuesto, por el gobierno de la provincia de Santa Fe, para el "Premio Nobel de la Paz".
Pasó sus últimos tiempos atendido y rodeado por sus deudos. El sobrino tenía diez hijos, en su mayoría niños y jovencitas, que constantemente le exteriorizaban su cariño. De una lucidez asombrosa, que conservó hasta su muerte, estudiaba, con las de más edad, cuestiones de Medicina y de Historia. En el día anterior al de su deceso habían estudiado temas sobre el Virreinato del Río de la Plata. Murió de vejez, sin sufrimientos físicos ni morales -en la santa paz de los buenos y justos- poco después de despuntar la mañana del 14 de enero de 1995; le faltaban apenas unos meses para cumplir los cien años. Fue sepultado en el panteón de la familia "Maradona Villalba", en el cementerio de la ciudad de Santa Fe, junto a sus padres.

Maradona era de físico pequeño, limitado por una talla de un metro con cincuenta y tres centímetros y una constitución delgada. Pero dentro de esa moderación, las proporciones hacían evidente acto de presencia y con ellas, una sencilla y graciosa elegancia. Además, conjuntábanse otras dotes que imprimían a la generalidad de su persona un aspecto interesante y agradable. Así, al cutis blanco lo recubrían unas facciones tan armoniosas y regulares que de ellas no merece destacarse ningún detalle en especial, como no sea violentando las leyes de la verdad y la justicia. Su frente era apenas inclinada, sus ojos pardos y más bien chicos, su nariz recta, delgada y mediana, su boca y orejas también medianas, estas últimas contiguas a un cráneo cuya nuca se prolongaba con la discreción de la justa medida. Todo ese conjunto, que visto de frente era ligeramente oval, estaba coronado por una cabellera lacia que fue de color castaño oscuro hasta que entró en la madurez, pero que paulatinamente se fue decolorando, para llegar a ser completamente blanca a poco de cruzar la línea del medio siglo. Sin embargo, se le mantuvo abundante, hasta que comenzó a ralearse un tanto en la senectud, acaso para estar a todo con la enjutez de ese rostro de asceta.

Pero es en la esfera moral donde resplandecían con toda magnitud las más estimables cualidades de Esteban Maradona, aquéllas que más lo singularizaban y ennoblecían; y a ellas debemos referirnos.
Su mente -propia para altas preocupaciones, tanto científicas como humanísticas- era absolutamente libre, su carácter dulce y jovial, su espíritu fino y bondadoso, su humildad extrema, y su altruismo sublime.
La política -que a tantos tienta y absorbe- no logró seducirlo. Cuando joven, se acercó a ella, con la fe y el entusiasmo de esos años de la vida. Pero la experiencia que vivió no fue halagüeña ni promisoria. Sea por esto, o porque no sintió en lo profundo el fuego del apasionamiento, se distanció en seguida. Y como desencantado memorioso, o voluntario desentendido, prefirió luego, para siempre, mantenerse fuera del alcance de los cánticos de esa sirena.

Como médico, nunca se afanó tras los cargos públicos, ni vivió de ellos, y atendió a todos sus enfermos con afectuosa dedicación y generoso desinterés. Varias veces le ofrecieron puestos; nunca prestó conformidad. Cuando ya era anciano, el gobierno quiso destinarle una pensión vitalicia; tampoco aceptó. Su norma inquebrantable de conducta rezaba "todo para los demás, nada para mí".
Le era ingénita e imperiosa la necesidad de prodigarse en el bien. Por eso contribuyó con su ayuda cada vez que vio una estrechez o imaginó una conveniencia para sus semejantes. El Premio al Médico Rural se adjudicaba acompañado de importante suma de dinero. Rechazó a ésta de plano, y en el mismo acto de la entrega, logró que con ese fondo, se instituyeran becas para estudiantes que aspiraran a ser médicos rurales.

Cuando vivió en Asunción tuvo una novia, la única de su vida. Se llamaba Aurora Ebaly y era una típica muchacha de pueblo, que descendía de irlandeses radicados en el Chaco-í (*), frente a Asunción, río Paraguay de por medio. Maradona vio en la humildad de Aurora su cualidad sobresaliente, y por tener en altísima estimación a esta virtud en la escala de sus valores espirituales se enamoró de esa joven nacida en el Paraguay. Pero ella falleció víctima de fiebre tifoidea, enfermedad común en épocas de guerra. Su muerte lo sumió en un dolor profundo, al que logró superar con fortaleza y resignación, en un digno silencio y en total soledad. Pero después de ese trance, y a pesar del transcurso del tiempo, no se preocupó de buscar otro amor: nunca se casó ni volvió a noviar.

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(*) En guaraní, la letra -" í "- latina y acentuada, empleada como sufijo y precedida de un guión, es diminutiva del sustantivo al que califica; "Chaco-í" significa, entonces, Pequeño Chaco, Chaquito o Chaquillo. Era, en esos años, zona de chacritas y obrajes, con alguna población aborigen y un pequeño puerto. El padre de Aurora, a la vera del río tenía un molino en el que se molturaban huesos de animales. El polvo resultante, compactado en panes, era luego enviado a Inglaterra, donde se lo utilizaba para la fabricación de porcelanas.
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En Estanislao del Campo vivía solo en una modesta casita que adquirió en 1939 en quinientos pesos. Tenía una sola habitación (que hacía de alcoba, gabinete de estudio y consultorio), una galería y una pequeña cocina, todo de pared y piso de ladrillo y techo de zinc. Al retrete y al aljibe, que estaban en el patio, los compartía con una familia vecina. No había tampoco luz eléctrica.

Vale la pena destacar todo esto, porque agiganta la dimensión espiritual del hombre. Era hijo de una estanciera, médico de profesión, y podría haber vivido como mimado de la suerte en medio de las comodidades de una gran ciudad; sin embargo, prefirió las privaciones de una zona agreste para el mejor servicio en favor del prójimo. Pudo morir millonario, pero vivió donando sus bienes y provechos para mitigar dolores y necesidades de los demás. Fue un verdadero e inagotable fontanar de virtudes, y su vida todo un ejemplo de altruismo, abnegación y filantropía.

Hoy, en Formosa, en Rosario y en la ciudad natal hay escuelas y calles que llevan su nombre, y su busto, vaciado en el bronce con que se recuerda a los prohombres de intrínseco y auténtico valer -superiores a las motivaciones e intereses de la política- hermosea la Plazoleta de la Paz en la ciudad de Santa Fe. Además, su humilde vivienda fue declarada monumento histórico por el gobierno de Formosa. Ojalá estos reconocimientos tengan la virtud de despertar vocaciones tan beneméritas como la suya. Se cumplirían sus anhelos, y sería para beneficio y enaltecimiento de la especie humana.

Abel Bassanese - Cañada de Gómez, febrero de 1996.

Extracto tomado de “Esteban Laureano Maradona, una vida ejemplar” de Abel Bassanese


FUENTE: pampagringa.com
http://www.pampagringa.com.ar/BIOGRAFIAS/MARADONA_Laureano/maradona.htm

sábado, 29 de septiembre de 2012

Testimonios sobre Juan Pablo II : Karol Wojtyla me salvó la vida en 1945

Una judía israelí revela cómo fue socorrida por el Papa JUAN PABLO II al final del Holocausto nazi

«Me acuerdo perfectamente. Me encontraba allí, era una niña de trece años, sola, enferma, débil. Había pasado tres años en un campo de concentración alemán, a punto de morir.

Y Karol Wojtyla me salvó la vida, como un ángel, como un sueño venido del cielo: me dio de beber y de comer y después me llevó en sus espaldas unos cuatro kilómetros, en la nieve, antes de tomar el tren hacia la salvación».

Edith Zirer narra el episodio como si hubiera sucedido ayer. Era una fría mañana de primeros de febrero de 1945. La pequeña judía, que todavía no era consciente de ser el único miembro de su familia que sobrevivió a la masacre nazi, se dejó llevar en los brazos de un sacerdote de 25 años, alto, fuerte, que sin pedirle nada, simplemente le dio un rayo de esperanza.

Hoy aquel sacerdote, según ella, es el obispo de Roma. Edith querría agradecer finalmente aquel gesto. «Sólo un pequeño gracias en polaco por aquello que hizo, por la manera en que lo hizo, para decirle que nunca me olvidé de él», dice desde su hermosa casa ubicada en las colinas del Carmelo, en la periferia de Haifa.

Edith tiene 66 años y dos hijos. Reconstruyó su vida en Israel, donde llegó en 1951, cuando todavía padecía las lacras de la tuberculosis y los fantasmas de la guerra alteraban sus sueños.





Durante todo este tiempo se ha guardado esta historia. Cuando en 1978, Karol Wojtyla subió a la cátedra de Pedro, comenzó a sentir la necesidad de hablar, de contarlo a alguien, de mostrar su agradecimiento. La pregunta surge inmediatamente: pero, ¿cómo puede estar segura de que aquel sacerdote es el Papa? ¿Por qué ha esperado tanto?. Estos interrogantes se los han planteado también los periodistas de «Kolbo», el semanario de Haifa que hoy publica un artículo sobre este asunto. «El relato es convincente. No trata de hacerse publicidad, todos los detalles que ofrece parecen creíbles», dicen los redactores. Tan convincentes que la embajada israelí ante la Santa Sede ya está moviéndose para tratar de poner en contacto a la señora Zirer con la secretaría del Papa.

La narración habla por sí misma. «El 28 de enero de 1945 los soldados rusos liberaron el campo de concentración de Hassak, donde había estado encerrada durante casi tres años trabajando en una fábrica de municiones --explica Edith, quien entonces tenía trece años--. Me sentía confundida, estaba postrada por la enfermedad. Dos días después, llegé a una pequeña estación ferroviaria entre Czestochowa y Cracovia». Precisamente en Cracovia, Wojtyla acababa de ser ordenado sacerdote. «Estaba convencida de llegar al final de mi viaje. Me eché por tierra, en un rincón de una gran sala donde se reunían decenas de prófugos que en su mayoría todavía vestían los uniformes con los números de los campos de concentración. Entonces Wojtyla me vio. Vino con una gran taza de té, la primera bebida caliente que había podido probar en las últimas semanas. Después me trajo un bocadillo de queso, hecho con pan negro polaco, divino. Pero yo no quería comer, estaba demasiado cansada. El me obligó. Después me dijo que tenía que caminar para coger el tren. Lo intenté, pero me caí al suelo. Entonces, me tomó en sus brazos, y me llevó durante mucho tiempo. Mientras tanto la nieve seguía cayendo. Recuerdo su chaqueta marrón, la voz tranquila que me reveló la muerte de sus padres, de su hermano, la soledad en que se encontraba, y la necesidad de no dejarse llevar por el dolor y de combatir para vivir. Su nombre se grabó indeleblemente en mi memoria».

Cuando finalmente llegaron hasta el convoy destinado a llevar a los detenidos hacia Occidente, Edith se encontró con una familia judía que le puso en guardia: «Atenta, los curas tratan de convertir a los niños hebreos». Ella tuvo miedo y se escondió. «Sólo después comprendí que lo único que quería era ayudarme. Y quisiera decírselo personalmente».

...Edith Zirer, casada hoy y con 2 hijos, que vive en Haifa, en una colina del Monte Carmelo, quiso estar con el Papa (59 años después de lo ocurrido) en su histórico viaje a Tierra Santa para darle personalmente las gracias justamente en el Memorial del Holocausto Yad Vashem. Fue un día inolvidable para ella y para toda la población judía, así como una lección universal de humanidad...".

FUENTE: ZENIT

lunes, 24 de septiembre de 2012

Gandhi, la No-Violencia y la Marcha de la Sal


"Sé el cambio que quieres ver en el mundo"
"La violencia es el miedo a los ideales de los demás"
"Lo que se obtiene por la violencia solo se puede mantener con violencia"
"No hay camino hacia la paz, pues esta es el camino"
"Ojo por ojo y el mundo acabará ciego"
Mohandas Karamchand Gandhi (1869-1948)

Para Mahatma Gandhi, también conocido en la India como Bapu, la "no-violencia" no era algo pasivo o de sumisión, elemento de excusa del cobarde, contra el enemigo, sino una “suprema virtud del valiente”. Así, la violencia sería equivalente al miedo, como la no-violencia lo sería al valor, la lucha contra la injusticia y la búsqueda de la Verdad. Este modo de protesta se basaba en la desobediencia civil, inspirado en las ideas de "no-violencia activa" de León Tolstói y mediante las cuales Gandhi pretendía obtener la autonomía política para la India y luchar contra las injusticias llevadas a cabo por los británicos en la India y Sudáfrica. Para Gandhi, “la fuerza más poderosa contra la opresión es la lucha no violenta”.


En plena Marcha de la sal

Probablemente el mayor acto de no-violencia con resultados exitosos fue la conocida como Marcha de la Sal. Fue una idea de Gandhi que llevó a cabo entre marzo y abril de 1930 con el objetivo de desafiar al Imperio Británico. Al igual que la independencia de los EE.UU. llegó mediante el motín del té, en la India se considera que la Marcha de la Sal fue su equivalente. Gandhi entendió que podía desafiarlos con el monopolio británico sobre la sal, un elemento indispensable para la población y que tenía unos altos impuestos. Así, considerándolo injusto, emprendió una marcha desde el Norte del país hasta las costas del Índico. Durante la marcha fue ganado adeptos, pues para aquel entonces Gandhi ya era conocido entre la población hindú y de forma simbólica, cuando el 5 de abril llegó a la playa de Dandi, cogió un puñado de arena y allí ganó aún más seguidores.



Para provocar aún más, en la playa de Dandi se empezó a comerciar la sal pública e ilegalmente. Esto suponía un gran problema para los británicos pues si lo arrestaban desencadenarían una gran protesta por parte de la población, pero si no lo hacían estaban dando un mayor poder de actuación a Gandhi, que lo que quería era precisamente ser arrestado al llegar a la playa. Finalmente fue detenido al anunciar que iba a hacer otra marcha a una salina. Sin embargo, la marcha prosiguió y sus seguidores fueron aún sin él y de forma pacífica. Estos intentaron entrar y fueron dura y violentamente reprimidos por los británicos, consiguiendo así que en los medios de comunicación internacionales, el Imperio Británico diese una imagen violenta de sí mismos (llegaron a asesinar a 400 personas al disparar a una multitud indefensa durante un discurso en pro de la no-violencia de Gandhi) frente al “pacifismo” de los indios que caían doloridos ante los pies de los soldados, mientras eran recogidos por sus mujeres. Gandhi consiguió hacer de su ideología de no-violencia, un verdadero movimiento de masas. Fue puesto en libertad y el Imperio Británico mantuvo negociaciones con él, y aunque no hubo muchos puntos en común, consiguió que se liberase a todos los rebeldes y que pudieran recolectar ellos mismos la sal.

Tras la II Guerra Mundial la India consiguió su independencia, aunque esta no fue como la deseaba Gandhi, pues el país quedó enfrentado entre hindúes y musulmanes casi condenándose a una guerra civil. Contra ello Gandhi luchó mediante ayunos indefinidos y llegó a conseguir ceses de violencia por ambas partes, pero terminó siendo asesinado por un extremista hindú en 1948 en Nueva Delhi con 78 años.

Publicado por Ismael Díaz
FUENTE:
http://leamsi-cosmovision.blogspot.com/2010/04/gandhi-la-no-violencia-y-la-marcha-de.html

miércoles, 12 de septiembre de 2012

"Pasen una hora inspirando a alguien" Javier Fernandez-Hang

Dicen que Javier tiene los conocimientos de un licenciado en Físicas, Química e Ingeniería. Y nunca ha ido al colegio.
Los que conocen a Javier Fernández-Han se preguntan si no habrá pasando por alto su infancia. Él contesta: «Tengo muchos amigos implicados en mi ONG Inventores sin Fronteras. La gente de mi edad podría hacer más, pero no saben cuáles son sus pasiones".
La pasión de Javier es ayudar a los más pobres, acabar con el hambre en el mundo. El año pasado ganó el prestigioso premio internacional Invent Your World Challenge (Desafío Inventa tu mundo), con sólo 15 años. La idea de su proyecto le empezó a rondar cuando tenía sólo nueve.
Lo que sabe, lo ha aprendido en casa. Maria Teresa, su madre, es de origen mexicano. Peter, el padre, de Taiwan. Ambos se conocieron en la Universidad de Brown, y, convencidos de que la escuela sólo serviría para frenar el potencial de sus hijos, decidieron educarles en casa. Javier es el pequeño. Hay otro, Fabián, que está centrado en las finanzas. Peter dice que son un equipo complementario. Fabián es capaz de encontrar inversores para que Javier siga investigando.



El invento ganador de Javier se llama Versatile (versátil). Utiliza 12 tecnologías diferentes que funcionan a la vez para tratar residuos, producir metano y biocombustible, generar alimentos para los humanos y para el ganado, captar gases del efecto invernadero y producir oxígeno. Y todo este sistema funciona a base de algas. Javier dice que podrían crearse máquinas de tamaño doméstico para usar en los hogares y máquinas grandes para alimentar a pueblos y ciudades. Según Javier, «las algas son la navaja suiza de la naturaleza. Se libra de muchas cosas que no queremos y produce muchas otras que necesitamos».
Javier dice que debe gran parte de su éxito al inventor Ashok Gadgil. A los nueve años, asistió a una exposición sobre su trabajo y fue en ella donde aprendió que podía inventar y al mismo tiempo mejorar la vida de los demás.
En una reunión de inventores, de la AshokaTECH (patrocinadores del premio), le dijeron a Javier que pidiese cualquier favor a los inventores presentes en la sala. Javier dijo: «Pasen una hora inspirando a alguien. No piensen sólo en invertir en los inventos, sino también en invertir en las vidas de las personas».
 
El año pasado empezó a ir a un instituto de Texas. Sueña con ir a Standford.
FUENTE : KINDSEIN.com
http://www.kindsein.com/es/33/2/770/
 
 

jueves, 6 de septiembre de 2012

La historia del sandwich o emparedado

La leyenda cuenta que el  conde de Sandwich (Inglaterra) John Montagu IV, era un jugador empedernido, por lo que mucho de su tiempo lo pasaba en una mesa de juego.

Llegó tan lejos con su vicio que un día no tenía tiempo para almorzar, ya que estaba en medio de una partida. Llamó a uno de sus sirvientes y le informó que le trajera cualquier cosa para comer. Al cabo de unos minutos el mozo regresó con una bandeja llena de alimentos. En ese momento, el conde tomó dos rebanadas de pan e introdujo un pedazo de carne en el medio y se lo comió gustoso.
Lo más extraño de esta historia no fue su creación, sino que en su testamento dejó en claro que el mejor legado que le dejaba a Inglaterra era la creación del “sandwich”.
De esta forma anecdótica surgió uno de los platos más internacionales. No cabe duda que esta sencilla creación se ha adaptado a la gastronomía de cada país, incluyendo sus ingredientes típicos.
En Argentina tenemos una gran variedad de sandwiches típicos, mencionaremos algunos.
El primavera (frío o caliente):
Consiste en un pan pebete o pan en rodajas (lacteado) al que se le agrega jamón, queso, lechuga, tomate y huevo en su versión más tradicional.

Sandwich primavera

El choripán (caliente):
Tal como lo dice el nombre consiste en un pan francés cortado a la mitad con un chorizo asado en el medio, al que se le agrega todo tipo de aderezos.

El famoso choripán argentino

Sandwich de miga (frío):
Compuesto por finas secciones de pan de molde, en su versión más clásica es de jamón, queso y mayonesa, no obstante pueden tener una variedad de gustos tan amplia como alimentos existen (morrones, palmitos, anchoas, pimientos, etc).

Una bandeja de sandwichitos de miga

El tostado (caliente):
Son dos planchas de pan de molde enteras, con jamón, queso y manteca que se sirve en cuatro o seis partes. En la ciudad de Rosario el tostado recibe el nombre de “Carlitos”, el cual está hecho con pan de molde, jamón, queso, y salsa kétchup. En sus variantes especiales se le puede agregar pollo, huevo duro y tomate.

"¡Mozo!, tráigame el tostado de siempre"
Edgardo Consiglio   para Títulos Felices

miércoles, 5 de septiembre de 2012

La Madre Teresa de Calcuta y la obra para los moribundos

La obra para los moribundos tuvo inicio así: Madre Teresa estaba en búsqueda de los pobres enfermos, cuando por la calle encontró un hombre moribundo, que apenas daba signos de vida. Yacía en los deshechos en fin de vida. Todavía movía los ojos, los labios susurraban: ¡“Ayúdame, estoy muriendo!¡No tengo a nadie!”. Buscaba de moverse, pero ahora estaba tan débil que no podía más. Era el año de 1952.



Oigamos el relato dramático de la voz de Madre Teresa:

“Un día encontré un hombre moribundo en los deshechos, no lejano del hospital Campbell, cercano a nuestra casa. Yo fui a rogar que lo recibieran en el hospital. Inútilmente. Para él no había lugar. Fuimos a la farmacia a comprar de los medicamentos, pero cuando regresamos ya había muerto... Estaba tan conmovida y triste. Entonces me dije así: Tienen más cuidado por los perros y los gatos que por los seres humanos. Después fui a protestar a las autoridades municipales...”

No se detuvo ahí, protestó también en el hospital, y dijo a las autoridades estatales así: “Si no tienen cuidado o no quieren cuidar de esta gente que muere en la calle, entonces encuéntrenme un lugar donde yo podré arreglarlo y tendré el cuidado...”

Le dieron una indicación bien precisa, pero un poco complicada y peligrosa. En barrio de Kalighat, que es un poco el “Vaticano de Roma” para la ciudad de Calcuta, el centro religioso para los hindúes: el famoso y bellísimo templo de la diosa Kalí. Alrededor del templo había tantos edificios, y un complejo en construcción para el comercio, para el baño santo y para tantas otras actividades. Allí estaba también un gran edificio para los peregrinos, que después de las oraciones y los diferentes ritos religiosos, se reposaban. El funcionario estatal junto con Madre Teresa fue al lugar y le hizo ver esta casa, pidiéndole si la quisiera tomar y utilizar para los moribundos. Madre Teresa aceptó enseguida y con mucha gratitud. Dentro veinticuatro horas la casa nueva estuvo llena de muchos moribundos.

Pero he aquí que surge una nueva dificultad: los sacerdotes de la diosa Kalí, y muchos fieles hindúes, después de haber visto “profanar” su lugar sacro, sin poner cuidado a las castas, a la religión, a tantas otras diferencias, se acercaron todos al lugar, enfurecidos contra Madre Teresa. Ella al contrario tranquilamente ayudaba, limpiaba, cuidaba, amaba, servía... Llegando fueron con Madre Teresa, para pedirle como es que vino propiamente ahí con esa gente. Después de haber oído que estaban las autoridades estatales a darles esta “casa para los moribundos”, protestaron enérgicamente a éstos, buscando así de provocar un conflicto grave de carácter religioso.

Un funcionario les promete que había hecho todo lo posible para expulsar a esta “mujer blanca” que no respetaba sus tradiciones religiosas y las tribus. Y lo hizo seriamente. Fue enojado a verificar al lugar el “derecho de la profanación”. Entrando en un gran salón se encontró con una escena jamás vista: ¡había un centenar de hombres y mujeres tendidos, en fin de vida, y Madre Teresa con su religiosas, sin poner cuidado a nadie, como un ángel, buscaba de estar cercana a todos, de hacer todo lo posible ara salvarlos, si esto no fuera posible, al menos de hacerlos morir en paz, con dignidad humana! El funcionario se conmovió. Llamó a Madre Teresa y le dijo así: “¡Felicidades, Madre buena! Usted es verdaderamente la diosa viva –Kalí, el ángel del consuelo. Continúe así. Le deseo mucha suerte y mucho éxito. ¡Dios la ayude!”.

Saliendo afuera, conmovido y enojado, casi llorando dijo a los sacerdotes de la diosa Kalí, a los fieles, y a los periodistas reunidos ahí: “¡Si, yo verdaderamente prometí de sacar a esta mujer, y mantengo mi compromiso; Escuchen bien esto que les digo: Antes de esto se necesita que sus madres, hermanas y ustedes mismos vengan a hacer aquello que realizan estas religiosas. En el templo tienen una diosa de piedra negra y aquí hay una diosa viva!”

Viendo la bondad, la generosidad la dedicación extraordinaria para con los moribundos, la población poco a poco aceptó esta casa. Así hicieron también los sacerdotes de la diosa Kalí, los cuales no solo no se opusieron más a esta obra, sino que buscaron de todos los modos posibles para sostenerla y ayudarla. La obra tuvo su inicio el 22 de agosto de 1952, cuando las “misioneras de la caridad” eran solamente 28 religiosas y estaban hospedados en la casa del señor Gomes.

Madre Teresa en 1986 relató este hecho: “La Casa del Corazón Puro (así se le llamó a la casa de los moribundos) es para muchos el “purgatorio”; el paso a la casa del Padre. Hasta hoy han pasado más de 60,000 hombres y mujeres, 30,000 han muerto ahí en paz, otros han sanado.

He aquí otro ejemplo típico: Un día encontré un hombre en una alcantarilla. Todo el cuerpo era una gran llaga. Las ratas se lo había casi “devorado”. Lo llevé a nuestra casa para los moribundos. ¿Sabes que me dijo aquel hombre? Dijo así: He vivido todos estos años como un animal en la calle. Ahora moriré como un ángel, rodeado de amor y de cuidado. No podré nunca olvidar sus palabras, pero sobretodo su cara tranquila y sonriente. Tres horas después murió como un ángel”.

Las religiosas cada mañana iban por las calles buscando y recogiendo los moribundos. La gente primero les observaba con menosprecio, quizá con un poco de miedo; después nace una colaboración y una ayuda recíproca. La población, si veía o encontraba alguien en la calle, lo llevaba de la Madre Teresa o bien les decían a las religiosas el lugar donde yacía y ayudaba a llevarlo a la “casa de los moribundos”.

Entre muchos colaboradores había tantos jóvenes, muchachos, muchas, un poco todos. El trabajo era muy difícil, requería una gran fe, amor, pero también fuerza física, porque al inicio, no teniendo casi ningún medio técnico, llevaban a los moribundos sobre las espaldas, o en cualquier carreta que debían jalar.

En 1969 Madre Teresa fundó la rama masculina “Misioneros de la caridad” que en gran parte hoy desempeñan este trabajo. Ya en 1969 las “Misioneras de la Caridad” tenían abierto 15 casas para los moribundos, 12 en India y 3 afuera. Cada año el número de las casas crece, pero crece también la experiencia del trabajo, el amor y la acogida para un pasaje feliz a la eternidad.

He aquí que narra Madre Teresa; “con algunas de nuestras religiosas estábamos yendo para el Congreso Eucarístico. Por el camino noté dos seres humanos en fin de vida: un hombre y una mujer. Me detuve. Dije a las religiosas: ustedes vayan al Congreso Eucarístico, yo en cambio me detengo aquí a asistirlos. Los tome y los llevé a nuestra casa de los moribundos. Muchos se enojaron conmigo porque no fui aquel día al Congreso Eucarístico. Yo dije simplemente así: partí para adorar a Jesús bajo la especie del pan y lo encontré por el camino bajo la especie del moribundo. Me detuve, y lo adore expresándole todo mi amor...”

Esta obra de Madre Teresa tiene un valor profundo humano, pero sobretodo “cristiano”: dar sentido y significado a la vida ya, humanamente hablando, fallido, desesperada, renovada, y recuperar “in extremis”, como hizo Jesús sobre la cruz con el ladrón arrepentido, esta gente que en la vida no ha conocido otro que la miseria, el hambre, la sed, el dolor, el camino... Demostrar, testimoniar, hacer vivir a esta gente el amor de Dios propio en estos momentos dramáticos, y asegurarles que les espera el buen Dios Padre, la gloria en la eternidad, sin ninguna distinción religiosa, hacerles esperar y morir en paz... He aquí que provoca esta cercanía, testimonio, amor: Una mujer esta en fin de vida. Viéndola así servir, amar, limpiar, abrazar, hace esta pregunta a Madre Teresa: “¿Pero tú por qué lo haces?”. Madre Teresa responde; ¡“Porque te quiero, porqué Dios te ama!”. Y ella, toda feliz, le dijo: “Dilo otra vez, porque es la primera vez en mi vida que oigo estas palabras”. Madre Teresa comenta así: “Y murió completamente feliz, en paz pasó a la eternidad, se fue a la Casa del Padre”.

Fuente:
http://users.libero.it/luigi.scrosoppi/santi/teresaspa.htm
Tomado del libro: Madre de la Caridad de LUSH GJERGJI ed. VELAR

martes, 14 de agosto de 2012

Irena Sendler, Justa entre las naciones

Irena Sendler nació en Polonia en 1910, en un pueblo llamado Otwock a 23 kilómetros al sudeste de Varsovia.

Su padre, Stanislaw Krzyzanowski, un medico que contaba mayormente con pacientes judíos pobres, fue activista del partido socialista polaco (PSP). Sus ideas fueron una gran influencia para la joven Irena quien estudió literatura polaca, pertenecía a la izquierdista Unión de la Juventud Democrática, participó en protestas contra un ”ghetto de escritorio” en salones de lectura y finalmente se unió al PSP.
Irena trabajaba como administradora superior en el Departamento de Bienestar Social de Varsovia que operaba los comedores comunitarios de la ciudad, cuando Alemania invadió el país en 1939.



Gracias a Irena, estos comedores no solo proporcionaban comida, asistencia financiera y otros servicios para huérfanos, ancianos y pobres; sino que sumaron la entrega de ropa, medicinas y dinero a las familias judías. Para evitar las inspecciones, se las registraba bajo nombres católicos ficticios y se las anotaba como pacientes de enfermedades muy contagiosas como el tifus o la tuberculosis.

Pero en 1942, con la designación de un área cerrada para alojar a los judíos, conocida como el gueto de Varsovia, las familias sólo podían esperar una muerte segura.

Horrorizada por las condiciones en que vivían los judíos, Irena se unió al Consejo para la Ayuda de Judíos, Zegota, organizado por la resistencia polaca. La joven fue una de las primeras organizadoras del rescate de niños judíos. En ese entonces 5000 personas morían mensualmente de hambre y enfermedades.

Irena logró obtener un pase del Departamento de Control Epidémico de Varsovia para poder ingresar al gueto en forma legal. Iba diariamente con el fin de reestablecer contactos, llevar comida, medicinas y ropa vistiendo un brazalete con una estrella como signo de su solidaridad para con los judíos.

Persuadir a los padres de separarse de sus hijos era una labor horrorosa para una joven madre como Irena. ”¿Puedes asegurar que vivirá?” Irena recordaba a los angustiados padres preguntando. Pero sólo podía garantizar que morirían si se quedaban. ”En mis sueños, todavía puedo oírlos llorar cuando dejaban a sus padres”, decía.

Tampoco era fácil encontrar familias que quisieran darle cobijo a niños judíos.

Comenzó a sacar a los niños en una ambulancia como victimas del tifus, pero enseguida bolsas de arpillera, cestos de basura, cajas de herramientas, cargamentos de mercadería, bolsas de papas, ataúdes… cualquier elemento se transformaba en una vía de escape en manos de Irena.

Otros métodos incluían una iglesia que tenía dos accesos, uno del lado del gueto y el otro en el lado ario de Varsovia. Los chicos entraban a la iglesia por un lado como judíos y salían por el otro como cristianos.


Irena logró reclutar al menos una persona de cada uno de los diez centros del Departamento de Bienestar Social. Con su ayuda, elaboró cientos de documentos falsos con firmas falsificadas dándole identidades temporarias a los niños judíos.

Era más fácil escapar del gueto que sobrevivir en el lado ario. El rescate de un niño requería la ayuda de al menos diez personas. Los niños eran los primeros transportados a unidades de servicio humanitario (pogotowie opiekuncze) y luego a un lugar seguro.

Luego les encontraba ubicación en casas, orfanatos y conventos. ”Envié a la mayoría de los niños a establecimientos religiosos,” recordaba. ”Sabía que podía contar con las hermanas.” Irena también tuvo una gran cooperación para ubicar a los más grandes: ”Nunca nadie se negó a aceptarme un niño,” dijo.

Irena tomaba nota, por medio de una codificación, de los nombres de los niños y de sus nuevas identidades.

El único registro de sus verdaderas identidades lo conservaba en frascos enterrados debajo de un árbol de manzanas en el patio de un vecino, frente a las barracas alemanas. Tenía la esperanza de algún día poder desenterrar los frascos, ubicar a los niños e informarles de su pasado.

En total, los frascos contenían los nombres de 2.500 niños…

Finalmente lo nazis se dieron cuenta de sus actividades y, el 20 de octubre de 1943, Irena fue detenida y encarcelada por la Gestapo. Aunque era la única que sabía los nombres y las direcciones de las familias que albergaban a los niños judíos, soportó la tortura y se rehusó a traicionar a sus asociados o a cualquiera de los niños ocultos. Le quebraron los pies y las piernas. Pero nadie pudo quebrar su voluntad. Irena paso tres meses en la prisión de Pawiak donde fue sentenciada a muerte.

Mientras esperaba la ejecución, un soldado alemán se la llevó para un ”interrogatorio adicional”. Al salir, le gritó en polaco ”¡Corra!” Al día siguiente halló su nombre en la lista de los polacos ejecutados. Los miembros de Zegota habían logrado detener la ejecución sobornando a los alemanes. Irena continuó trabajando con una identidad falsa.

Al finalizar la guerra, Irena desenterró los frascos y utilizó las notas para encontrar a los 2.500 niños que colocó con familias adoptivas. Los reunió con sus parientes diseminados por todo Europa, pero la mayoría había perdido a sus familias en los campos de concentración nazis.
 
Los niños sólo la conocían por su nombre clave Jolanta. Pero años más tarde cuando su foto salió en un periódico luego de ser premiada por sus acciones humanitarias durante la guerra ”Un hombre, un pintor, me telefoneó,” dijo Sendler, ”`Recuerdo su rostro’, dijo, ‘Eres tú quién me sacó del gueto.’ Tuve muchos llamados como ése”.

Irena Sendler no se considera una heroína. Nunca se adjudicó crédito alguno por sus acciones. ”Podría haber hecho más,” dijo. ”Este lamento me seguirá hasta el día que muera.”


En 1965 la organización Yad Vashem en Jerusalén le otorgó el título de Justa entre las Naciones y se la nombró ciudadana honoraria de Israel.

Luego de la guerra trabajó para bienestar social; ayudó a crear casas para ancianos, orfanatos y un servicio de emergencia para niños.

FUENTE: The International Raoul Wallemberg Foundation
http://www.raoulwallenberg.net/es/salvadores/polacos/sendler/irena-sendler/

sábado, 21 de julio de 2012

Las estrellas de la NBA se rinden ante el talento futbolístico de Lionel Messi


Los astros de la selección estadounidense de baloncesto Kobe Bryant, LeBron James y Kevin Durant, se han rendido hoy al futbolista azulgrana Lionel Messi, del que han dicho en una entrevista concedida a Efe que el argentino es el mejor del mundo y, "si no lo es ya, será el mejor jugador de todos los tiempos".

LeBron James y Messi

De esa manera se ha expresado la estrella de Miami Heat, LeBron James, durante una entrevista en la concentración de Estados Unidos en Barcelona, donde se enfrentarán el martes a España en la preparación de los Juegos de Londres.

"Messi es el mejor jugador que hay en el mundo. Y, si no lo es ya, será el mejor jugador de todos los tiempos", ha exclamado LeBron, un enamorado del jugador azulgrana, como ya ha demostrado en otras ocasiones.

Más rotundo se ha mostrado el líder de Los Ángeles Lakers, Kobe Bryant, quien ha dicho sin tapujos: "¡Messi es el mejor!¡El mejor!. Una vez tuve la oportunidad de ver las sesiones de entrenamiento y realmente lo disfruté mucho", ha recordado.

Su compañero Kevin Durant también se ha rendido al tres veces Balón de Oro. "Es increíble. Es el mejor del mundo. He visto algunas jugadas, no los partidos enteros, pero sí algunos, y es un jugador increíble".

Antes de acabar, Bryant también ha reconocido que, en el caso de que algún día jugara en Europa antes de retirarse, la capital catalana sería uno de sus destinos favoritos.


 LeBron James junto a los cracks del Barcelona  Messi, Mascherano, Dani Alves, Piqué y Victor Valdez 

"Vendré a verla seguro. ¿Para jugar? Quizás, me gustaría. Crecí con mi padre en Europa y seguro que sería divertido. Es una ciudad preciosa, un gran club, así que sí, seguramente sería uno de los lugares donde venir", ha concluido.


Fuente: Diario LA CAPITAL
http://www.lacapital.com.ar/ovacion/Las-estrellas-de-la-NBA-se-rinden-ante-el-talento-futbolistico-de-Lionel-Messi--20120721-0007.html

jueves, 19 de julio de 2012

La preeminencia del Amor

El amor cristiano 
1Cor 13,1-13
01  Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe.
02  Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada.
03  Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.
04  El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, 05  no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, 6  no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad.
07  El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
08  El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de lenguas terminará, la ciencia desaparecerá; 09  porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías, limitadas.
10  Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto.
11  Mientras yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño, 12  pero cuando me hice hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; después veremos cara a cara. Ahora conozco todo imperfectamente; después conoceré como Dios me conoce a mí.
 13  En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande todas es el amor.

 

lunes, 16 de julio de 2012

Un símbolo de convivencia, un signo de esperanza.

Caminar por la comercial calle San Luis en la ciudad de Rosario, puede resultar una aventura complicada sobre todo en las horas pico.
Gente que pasa de un lado a otro, los autos, los bocinazos, vendedores ambulantes, mujeres mirando vidrieras disfrutando del paseo y otras que pasan apuradas tratando de comprarse todo lo que encuentran por su camino.
Una mujer llega a una tienda y la encuentra cerrada, ¿que sucede?, muy sencillo, como es sábado permanece cerrada, porque el dueño pertenece a la comunidad judía. Si busca en esa tienda la prenda soñada, volverá el lunes, sino buscará una parecida en la tienda de al lado porque el dueño pertenece a la comunidad árabe, más allá hay tiendas abiertas de la comunidad libanesa que no descansan el sábado.

Foto tomada de calle San Luis esquina Dorrego en un día feriado

Esto sucede desde hace muchas décadas en Rosario, árabes y judíos ha convivido y compartido vivencias culturales en la calle San Luis.
A pesar de los conflictos que se suceden desde hace mucho tiempo en Medio Oriente, a pesar de la guerra y de tener posiciones enfentadas en el análisis del conflicto, en la ciudad de Rosario en Argentina, árabes y judíos conviven en paz.

Como signo de esa convivencia en el año 2009 se colocó en la intersección de la calle San Luis y Dorrego, en el pavimento, un símbolo que es la unión de dos letras, una árabe y otra judía. No sé si muchos rosarinos tienen conocimiento de la existencia de esta señal urbana.


En la ochava sureste se colocó una placa alusiva que explica el símbolo:

"La señal instalada en el cruce de estas
calles conmemora y celebra el modelo de
hermandad y convivencia que las
comunidades árabe y judía iniciaron a
comienzos del siglo XX en nuestra ciudad.
El diseño reúne de manera simbólica,
las letras bet y ba pertenecientes a los
alfabetos hebreo y árabe, las que dan orígen 
en cada uno de esos idiomas, a la palabra hogar".

Municipalidad de Rosario, abril de 2009
Diseño León Carpman   


Desde ahora en adelante cuando pasemos por la intersección de las calles San Luis y Dorrego y veamos ese símbolo en el piso, recordemos que es un símbolo de convivencia entre árabes y judíos. Y sobre todo un signo de esperanza.


Por Edgardo Consiglio    para Títulos Felices