Recientemente ha aparecido en Youtube un conmovedor video producido por IamWholeLife. En él, un famosísimo cantante italiano, tocando un pianoforte, cuenta la pequeña historia de una mujer.
Una joven esposa tuvo que ingresar en un hospital a causa de un simple ataque de apendicitis. Los médicos le aplicaron hielo en el estómago y al fin del tratamiento aconsejaron a la joven una cosa terrible: que abortara a su hijo.
Le dijeron que era la mejor solución, porque el niño nacería seguramente con alguna enfermedad.
El artista, emocionado, se refiere en términos de valiente, llena de coraje, (coraggiosa, en italiano), a aquella joven esposa. Finalmente, la valiente mujer decide no abortar, no matar a su hijo. Y seguir adelante con su embarazo. En 1958 nació el bebé.
«Aquella señora era mi madre… y el niño era yo…» dice con una tímida sonrisa el cantante. Efectivamente, el niño venía con un problema de glaucoma congénito. Pero su valiente madre le dio la oportunidad de nacer. Era el hijo de Alessandro y Edi, era Andrea Bocelli.
«Estaré de una parte, pero creo que puedo decir que aquella elección fue la elección correcta», agrega Bocelli.
Y él mismo anima a aquellas miles de mujeres en el mundo que se encuentran con un dilema parecido: «Espero que esto pueda servir de aliento a tantas madres que a veces se encuentran en momentos difíciles, en momentos de vida complicados, pero que quieren salvar la vida de sus bebés», como lo hizo su generosa mamá.
Como para agradecer el don de la vida, canta una breve canción que le gusta mucho a sus hijos. «La canción es bella porque es una canción gozosa, una canción que expresa felicidad». La letra es:
Voglio vivere così, col sol in fronte,
e il felice canto, beatamente.
Voglio vivere e goder, l’ aria del monte,
perché questo incanto, non costa niente.
Quiero vivir así, con el sol en la frente
y el feliz canto, dichosamente.
Quiero vivir e gozar, el aire del monte,
porque este encanto, no cuesta nada.
Este famoso cantante, puede ahora disfrutar del encanto de la vida, gracias a la valiente decisión de esa mujer a la que elogia. Bien puede decirle: «gracias por haberme dejado nacer, gracias por no haber ahogado mi voz».
Autor: Fernando Magallanes, L.C. |
Fuente: http://www.buenas-noticias.org/
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